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26.9.09

"Justice" con Michael Sandel


Se democratiza el curso "Justice" de Michael J. Sandel. Ahora pueden "matricultarse" gratis en el famoso curso "Justice" del gran filósofo político contemporáneo Michael Sandel en Harvard University. Harvard tendrá disponibles 12 de las clases de Sandel en que discute en un teatro con más de 700 alumnos los temas relevantes a la filosofía y teoría de la justicia. 

En este curso Sandel mantiene una discusión constante con los estudiantes mediante incisivas preguntas sobre las opciones valorativas de éstos ante casos y hechos particulares, para luego develar las teorías que subyacen a sus opciones. A través de esta metodología aborda los temas, debates y filósofos más relevantes en la teoría de la Justicia. Entre otras cosas Sandel afirma que busca provocar en los estudiantes la destreza de pensar como ciudadano político.

El lanzamiento de su clase para el público general también coincide con su libro Justice: what´s the right thing to do? que ya tenemos y está próximo en fila....ya pondré algo por aquí.

Pueden ver los 12 episodios del curso aquí y obtener las lecturas y guía de discusión en el mismo lugar web de Harvard. Reseña hoy en el NYT

Salud!

A-petición-popularrrrr... viene sin duda la marcha de la bronca

A petición popularrrr y complaciendo un pedido especial que va como anillo al dedo (ah claro, y  ante "tanto desastre organizado"), va "La Marcha de la Bronca". Salud! (vaya Mariana!)


Bronca cuando ríen satisfechos,
al haber comprado sus derechos.
Bronca cuando se hacen moralistas,
y entran a correr a los artistas.
Bronca cuando a plena luz del día,
sacan a pasear su hipocresía.
Bronca de la brava de la mía.
Bronca que se puede recitar.

Para los que toman lo que es nuestro,
con el guante de disimular.
Para el que maneja los piolines,
de la marioneta general.
Para el que ha marcado las barajas,
y recibe siempre la mejor.
Con el as de espadas nos domina
y con el de bastos entra a dar y dar.

Marcha, un, dos
No puedo ver tanta mentira organizada
sin responder la voz ronca,
mi bronca, mi bronca.

Bronca porque matan con descaro
pero nunca nada queda claro.
Bronca por que roba el asaltante,
pero también roba el gobernante.
Bronca porque está prohibido todo
hasta lo que haré de cualquier modo.
Bronca porque no se paga fianza,
si nos encarcelan la esperanza.

Bronca...

Los que mandan tienen este mundo,
repodrido y dividido en dos,
culpa de su afán de conquistarse
por la fuerza o por la explotación
Bronca pues entonces cuando quieren,
que me corte el pelo sin razón,
es mejor tener el pelo libre
que la libertad con fijador.

Marcha, un, dos
No puedo ver tanto desastre organizado
sin responder al voz ronca,
de bronca, de bronca.

Bronca sin fusiles y sin bombas,
Bronca con los dos dedos en "V",
Bronca que también es esperanza
Marcha de la bronca y de la fe.

Marcha, un, dos.


(Miguel Cantilo)

25.9.09

En solidaridad

En el blog hermano, derechoalderecho.org, se emite editorial sobre el despido de 17.000 empleados(as) públicos. Reiteramos también desde aquí nuestra solidaridad y el mismo compromiso que allí se expone.
éft

columna: Otra caja de plomo (del Maestro Don Arcadio Diaz Q)

25-SEPTIEMBRE-2009 | ARCADIO DÍAZ QUIÑONES

ESCRITOR Y CATEDRÁTICO 

Otra caja de plomo

La orden de carácter militar del Departamento de Educación nos degrada a todos. Deprecia la obra de escritores consagrados, censura a un clásico como José Luis González, y pretende, con gran arrogancia, reducir la diversidad estética y cultural. Es significativo que los textos condenados, que de hecho representan poéticas muy diferentes, sean “terminantemente prohibidos” no por sus contenidos, de los que no se dice una palabra, sino por su lenguaje “extremadamente burdo y soez”. Es lo que ha ocurrido en el pasado con el Tuntún de Palés Matos, con La guaracha de Luis Rafael Sánchez, o con textos de Manuel Ramos Otero y Olga Nolla, obras que, con o sin censura explícita, han sido silenciadas en algunas escuelas.


En lugar de convocar a los escritores y a los maestros a un debate profundo sobre la compleja práctica de la lectura y sobre el canon literario escolar, el Departamento apunta sus armas contra libros y antologías recomendados durante el gobierno anterior. El amo decreta y los súbditos deben obedecer. Pero no ha ocurrido así. En medio de este escándalo, resultan admirables las elocuentes protestas de escritores, lectores y maestros en declaraciones y artículos que se han difundido en la prensa y por Internet. Los sujetos no son súbditos: han impugnado la anacrónica orden con energía, e incluso han convocado a leer en voz alta y en público los textos censurados.


Todo esto demuestra una vez más el poder de la literatura. Por un lado, en el discurso institucional se observa nítidamente el miedo que las posibilidades críticas de la literatura provocan en un gobierno autoritario. Por otro lado, la fuerza de la gran tradición literaria se hace visible en la solidaridad con que escritores y lectores han defendido la libertad que permite contar el mundo. Libertad para contar los sueños, el deseo, los enfrentamientos políticos, la muerte y la sexualidad.


Las cuestiones que suscita este decreto de “descontinuación” son múltiples. Como señala Chartier, la literatura y la historia se parecen porque el pasado está siempre presente. La censura ha sido constitutiva de la sociedad puertorriqueña, desde la prohibición de la imprenta en los primeros siglos hasta la expulsión de liberales, separatistas y abolicionistas, y la prisión de los nacionalistas. El espionaje macartista a lo largo del siglo XX ya no es secreto para nadie. El resultado fue un clima de censura y autocensura, lleno de verdades indecibles, como lo fue, por ejemplo, la crítica a la participación puertorriqueña en la guerra de Corea. Hoy nos encontramos en pleno retroceso.


En ese sentido, no me parece casual que el decreto quiera silenciar la voz de un autor ya clásico como José Luis González, quien encabeza la lista. Es como un destino, al igual que el de sus admirados Hostos y Betances. González es hoy una referencia ineludible cuando se habla de literatura caribeña y latinoamericana. Pero recordemos que su obra fue durante años censurada por comunista e independentista. Sólo la valentía intelectual de figuras como Nilita Vientós Gastón y René Marqués rompió en aquella época el silencio en torno a los textos del escritor exiliado en México.


En la Antología personal de González, prohibida hoy, se encuentran joyas de la literatura puertorriqueña, entre otras su cuento “Una caja de plomo que no se podía abrir”, que hoy puede ser leído como un relato sobre la represión: el plomo como la opacidad de una caja que la literatura puede empezar a abrir. Es el texto que me gustaría leer en voz alta para sumarme a la protesta. Lo leería junto al magnífico “Hacia una poética de lo soez” de Luis Rafael Sánchez.


24.9.09

el oráculo nos dirá


¿Cuántos son? Unos dicen que 10,000. Otros que 20,000. Otros que no saben. El Gobernador dice que todavía no tiene "los números finales", pero que "el JREF" le dirá exactamente cuantos son. No sabemos el cálculo. El Gobernador tampoco. 

¿Y quien les dará la noticia? Unos dicen que "el JREF". Otros que no saben. El Gobernador dice que hablará, pero después que hable "el JREF". No sabemos exactamente cuando. El Gobernador tampoco.

Preguntémosle al oráculo. ¿"el JREF"?




23.9.09

P. Kahn: un abordaje cultural a la propiedad

Continúo con mis lecturas y análisis sobre 'la propiedad' y en esta ocasión comparto algo del profesor Paul W. Kahn, de Yale Law School, profesor que analiza el Derecho desde abordajes culturales y humanistas. En 'The Cultural Study of Law' (1999) en su capítulo 'Imagining the rule of Law', Kahn diserta un poco sobre un abordaje cultural a la propiedad. Al introducir el tema y para ilustrar lo que es un abordaje cultural, señala (veran abajo) que un abordaje cultural al Derecho pretende exponer las estructuras de pensamiento que permiten que un proyecto en particular sea posible (!!), pero luego advierte que por ejemplo en el caso de la propiedad, este abordaje no estaría interesado en el tema de la justicia o injusticia de la propiedad ni con creencias sobre lo correcto o incorrecto de los reclamos propietarios. Es una distinción importante para quienes todavía no tienen clara la diferencia entre los abordajes normativos de los descriptivos, en este caso culturales o los sociológicos. Pero sobre la distinción, tendría que decir esto:

Bueno, cierto Profesor, pero lo que sucede, diría yo, es que -como bien diría Foucault-, el advertir sobre la producción de verdades, los procesos culturales, conocerlos, abordarlos y develar su creación, su construcción, afincamiento y repetición -en este caso, la creación de 'verdades' sobre 'la propiedad'- permite ser más, mucho más efectiva en lo primero, es decir, en la parte de develar la justicia o injusticia de los reclamos propietarios. El asunto no está separado, más bien, lo último depende de lo primero. (Creo que Kahn no estaría en desacuerdo, creo). :-)

Aquí va un extracto de su explicación:

‘There is no space to which legal claims of ownership cannot be made: all of the state’s territory is property. Indeed, modern government under law’s rule comes to be seen as another owner of property. It is often the first property owner –the originator of a particular claims to property –and the last owner—the owner by default when other property claims fail. In between, it appears as a property owner like everyone else, owning discrete parcels of property ownership, it must pay for its acquisitions the same as anyone else. There is no power of eminent domain apart from “just compensation”.

Spatial relations under law appear, therefore, as relations among property holders. This is a relationship that makes no appearance to those outsiders of the state’s law. They see only the political territory of the nation, not an aggregation of particular property interests. Under law, however, the question of where is always a predicate to the question of who: who owns it?. Property claims need not to be absolute; there may be multiple claims of ownership centered on the same subject or place. Other legal relationships to property are built out of this conception of ownership –e.g., questions of responsibility and use.

The metaphor of a grid suggests the mappable character of property. All property can be located in relationship to all other property. This is not however, a relationship of one geographic space to another. Law’s space is not discoverable in the world; it is rather a particular form of discourse among those who share a common set of relieves relating space to persons. Property claims rest on a historical narrative that traces ownership. Thus, to describe space under law we trace title. Titles move simultaneously across a horizontal and vertical dimension. The deed describes one property in terms of its relationship to surrounding properties. The transfer of title sets this synchronous narrative of place in relationship to a diachronic narrative of personal succession.

As with law’s time, these share beliefs about property can support competing and contradictory claims. Just as there is always more than one available precedent, there are often multiple stories of ownership. Any particular narrative is always exhausted before it reaches an incontrovertible foundation. It simply recedes into the past where, eventually, explanations fail. Law’s space is not just a distribution from first principles. A property regime is an ongoing project in which the distribution has always already occurred. The cultural approach to law seeks to expose the structures of thought that make this project possible. It is not concerned with the justice or injustice of property, nor with correct beliefs about particular property claims.

-Paul W. Kahn,  The Cultural Study of Law: reconstructing legal scholarship, págs. 64-65 (University Chicago Press, 1999).

21.9.09

el Juez Brandeis

Conozca más sobre el perfil del famoso Juez del Supremo de EEUU, Louis Brandeis (1856-1941), en el libro, Louis D. Brendeis, a life, de Melvin I. Urofsky, reseñado ayer en el NYT. Dejo por aquí algunas partes interesantes:

"Brandeis was not shy about discussing the role law can play in shaping society. Not for him the self-effacing metaphors of recent confirmation hearings. Brandeis would have scoffed at Chief Justice John G. Roberts Jr. as an umpire in robes calling legal balls and strikes, and Justice Sonia Sotomayor as a law robot mechanically applying statutes and precedents to facts.

Brandeis thought the law an instrument of morality and progress. “Is not the challenge of legal justice to conform to our contemporary notions of social justice?” he asked in a speech just weeks before President Wilson nominated him to the court. It is all but impossible to imagine the nomination of a lawyer like Brandeis today, and it is a small miracle that he was confirmed even in his day.

...

Take the law of privacy. In his 1928 dissent in Olmstead v. United States, Brandeis objected to warrantless wiretapping by the government and set down some lasting principles. “The greatest dangers to liberty,” he wrote, “lurk in insidious encroachment by men of zeal, well-meaning but without understanding.”

...

Brandeis told Frankfurter that he construed the Constitution liberally where property rights were involved, meaning he seldom voted to strike down laws regulating them, but that laws restricting individual rights required closer scrutiny.

“Those who won our independence by revolution were not cowards,” Brandeis wrote. “They did not fear political change. They did not exalt order at the cost of liberty.”

20.9.09

más de Eagleton y el 'such is life' como razonamiento político

"Así pues, si en ocasiones la ideologia es falsificadora lo es por razones en conjunto más bien esperanzadoras: el hecho de que la mayoría de las personas reaccionan vivamente al trato injusto, y de que a la mayoría de las personas les gustaría creer que viven en condiciones sociales razonablemente justas. Por ello, resulta extraño que algunos radicales afirmen que el engaño y la ocultación no desempeñan ninguna función en el discurso ideológico dominante, pues tener una perspectiva política radical le compromete a uno a la concepción de que el orden social vigente está marcado por graves injusticias. Y ninguna clase dominante interesada en conservar su credibilidad puede permitirse reconocer que estas injusticias prodrían rectificarse mediante una transformación política que las erradicase. 

Asi pues, si la ideología en ocasiones supone distorsión y mistificación, es menos por algo inherente al lenguaje ideológico que por algo inherente a la estructura social a la que pertenece el lenguaje. Hay ciertos tipos de intereses que sólo aseguran su dominio mediante la duplicidad; pero esto no significa que todos los enunciados utilizados para promover esos intereses tengan que ser engañosos. En otras palabras, la ideología no está inherentemente constituida por la distorsión, especialmente si adoptamos la noción más amplia de ideología que denota cualqueir síntesis nuclear entre discurso y poder. En una sociedad totalmente justa no habría necesidad de ideología en el sentido peyorativo, pues no habría necesidad de racionalizar nada".

-Terry Eagleton, Ideología, página 52 (Paidós, 1ra ed. col. Surcos, 2005).