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18.5.13

Un trato desigual vergonzoso e impermisible. Hay que remediarlo y repararlo ya.

Desde aquí, todo el apoyo y solidaridad. Nos unimos a su reclamo. Cualquier cosa distinta que mantenga este trato desigual actual es impermisible. Cada día, cada minuto que pasa es un daño irreparable e insostenible hacia esta familia y hacia cada una de sus componentes. También es irreparable para todas y todos en el país, pues aspiramos a una vivir en una mejor sociedad no en una de marcadas injusticias y exclusiones como esta. Quienes gobiernan tienen la obligación urgente de remediarlo (como lo debió haber remediado el Tribunal Supremo) y nosotras y nosotros tenemos la responsabilidad de exigirlo.


“Lo único que estoy pidiendo es el mismo derecho que tienen los demás niños”, indicó Acosta Rodríguez en un aparte con la prensa frente al salón de actos Leopoldo Figueroa en el Capitolio, donde se efectuó la audiencia.
“Hemos sufrido las dos; para mí, es más duro porque yo no tengo los derechos (como madre) porque si, por ejemplo, Carmen, que tiene un trabajo bastante complejo, viaja y queremos encontrarnos en algún lugar, yo tengo que sacar un affidávit para sacar a la nena del país. Si Carmen viaja y le pasa algo a la niña, si se enfermara o tuviera una situación de emergencia, ¿cómo vamos a manejar esa situación?”, expresó Acosta Rodríguez.
La joven de 12 años estuvo sentada entre sus dos madres mientras estas presentaban su emotiva ponencia.
“Nuestras familias funcionan como las demás, pero no tienen las protecciones que las demás y, por tanto, viven en desventaja, oprimidas y carentes de la dignidad que nos promete la Constitución de Puerto Rico”, indicó Vélez Vega, quien llevó en su vientre a la menor.
“Lo más difícil ha sido explicarle (a la niña) por qué nuestra familia es excluida socialmente y por qué ella no puede acceder a las protecciones y condiciones de ciudadanía que sus pares. ¿Por qué ella no puede usar su apellido, el nombre de su familia, del cual se siente tan orgullosa?”, cuestionó.

Reflexiones 3: Esa estabilidad del Derecho privado


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Es estable el Derecho privado. Se define tradicionalmente por ser pertinente a las relaciones entre individuos. Nada que buscar ahí. Se contrapone el Derecho público. De ahí que los y las interesadas en lograr 'cambios significativos en la sociedad', tengan su interés en el Derecho público y no en el privado. El primero, se dice, compete a los individuos, esos que se presumen libres, autónomos, con capacidad para contratar, para hacer familia. La normativa pública, en cambio, atiende al Estado y su relación con los individuos. ¿Pero qué pasa cuando ese Estado se ha convertido en una persona privada más?; ¿cuándo ese Estado opera bajo las premisas mismas de un sujeto individual, con interés privado, y no bajo aquellas premisas romanas del 'interés público'? ¿Tiene sentido la distinción? ¿Es en el Derecho público donde está la clave para lograr 'cambios significativos' en la sociedad? ¿Cambios significativos? 

Pues es en el Derecho privado donde se juega gran parte de las injusticias y el status quo del presente y del futuro: propiedad, herencia, familia, contratos. ¿Quién es persona? ¿Quién puede 'beneficiarse' del contrato matrimonial? ¿Quién puede adoptar? ¿Quién y bajo qué premisas y hechos se es propietario? ¿Qué poderes tiene? ¿Es autónomo y tiene verdadera libertad todo sujeto que contrata? ¿Es un sujeto cualquiera el Estado que contrata los servicios esenciales? ¿Quién y cómo se hereda? ¿Bajo qué principios se transfiere sanguíneamente la riqueza? En fin, en el Derecho privado se define ese orden entre individuos que se organizan en sociedad y la relación entre esos individuos es precisamente, diría yo, del interés primordial de quienes la conformamos. La libertad mía es más plena en tanto fomentamos las condiciones para libertad de los demás. Es o debería ser del interés de todos y todas que en ese Derecho Privado se generen relaciones justas entre los individuos en tanto pertenecientes a esa contraparte pública en la que estamos embarcados, relacionados y de la cual dependemos todos y todas. De manera que el 'orden' del Derecho privado importa y es relevante a lo público. Pocas miradas atentas, sin embargo, provoca el Derecho privado.

Diría dos cosas: no fiarse de la estabilidad y apariencia de interés en su versión 'egoístamente' individual del Derecho privado y no entretenerse con un Derecho público que responde precisamente a esa primera estabilidad. El derecho privado, paradójicamente, incluye los temas de mayor pertinencia para la sociedad actual. Atiende los elementos sustantivos que precisamente se han mantenido más de un siglo prácticamente inalterados. Sospechosa inalteración, tomando en cuenta el mal estado de cosas. Nuestro Código civil, proveniente de la España de fines del Siglo XIX y con la mayoría de sus normas y premisas inalteradas aún, es de 1930, con algunas enmiendas significativas posteriores, pero en esencia responde a los mismos valores y entendidos. No en vano los múltiples intentos de reformar o repensar los asuntos que regula el Código civil ha sido tan difícil: por un lado opera la alegada falta de consenso sobre temas medulares, pero por el más, opera la complacencia con éste de los sectores de poder, precisamente por el status quo que ofrece. 

Trágicamente, quienes han sido voces importantes que pudieron en su momento y todavía pueden cuestionar muchas de las premisas del Código civil, se han concentrado precisamente en su defensa basados en la extraña idea de defender la estabilidad de su 'tradición jurídica', la civilista, y protegerla de su "contaminación" con el derecho común. Y sin embargo, los puntos neurálgicos sustantivos sobre los valores y principios en que coinciden -que son la mayoría- y el orden que ambos sostienen, apenas se ponen en discusión o cuestionamiento. La pertenencia de las normas a una u otra tradición jurídica, ya sea por su origen español o del derecho común, poco nos dice sobre la justicia o injusticia ni sobre los valores de las premisas que ambas tradiciones mantienen. El asunto está en otra parte. Pero así, en su mayoría, se ha discutido el Derecho privado, como el legado de una tradición histórica y cultural, con poco debate sobre el orden y sus implicaciones.

Es fuerte el protagonismo silente del Derecho privado. No sorprende por qué, aún en la transición a la democracia en Sudafrica y para eliminar el apartheid, el punto innegociable del régimen depuesto fue mantener las premisas propietarias tan cual estaba antes. La mayoría de la propiedad y riqueza cuya adquisición original se beneficio del nefasto régimen del apartheid, permanece aún inalterada. Insuficiente cambio de orden patrimonial. Después de todo, quien fue desposeído hoy es ‘libre’ para comprar y adquirir el señoría propietario bajo los parámetros del mercado. Ese mismo “antes-desposeído”, hoy contrata ‘libremente’ con su empleador. Es un asunto contractual. Las consecuencias se ven a simple vista. El derecho público se transformó para bien. El régimen privado: casi-intocable.

Ese es el Derecho "privado". Muy estable. Poco poroso al indeseable cambio. Y para bien, diría el Derecho público, que después de todo guarda la misma lógica aunque aparente lo contrario. Parecería que la distinción romana está obsoleta. Quizás estamos en tiempos de un solo Derecho, el privado; ese que mantiene la estabilidad. Conviene la estabilidad, dirían algunos constitucionalistas y otros civilistas. Habría que preguntarle a la familia de Demetria Escalera. 

éft. mayo 2013.

El poder de los iguales (and "the joy that springs from it")

Aprueba el Senado un "proyecto histórico". Bravo y de acuerdo con los principios correctos, los de la igualdad. Esta sí es una verdad. Y ya tocaba.

"The laws of a republic are based on equality and love of equality is the source from which the actions of citizens spring. Monarchical laws are based on distinctions so that love of distinctions inspire the public actions of the citizenry....Equality in so far as it is a political experience as distinguished from equality before God- ... has always meant that, regardless of existing differences, everyone is of equal value because each one received by nature and equal amount of strength.

The fundamental experience upon which republican  laws are founded and from which the action of citizens spring is the experience of living together with, and being members of, a group of equally powerful men. Laws in a republic therefore, are not laws of distinctions but laws of restrictions; they are designed to restrict the strength of each citizen so that room may be left for the strength of his fellow citizen. The common ground of republican law and action within it is the insight that human strength is not primarily limited by some superior power --God or nature-- but by the power of equals, and the joy that springs from it. Virtue as love of equality springs from this experience of equality of power that alone guards men against the dread of loneliness".

Arendt en 'The Great Tradition: Law and Power' (explica los principios fundamentales en Montesquieu).

15.5.13

2013 Annual Law Lecture: 'Is there a right to disobedience and resistance?

2013 Annual Law Lecture: 'Is there a right to disobedience and resistance?' — School of Law, Birkbeck, University of London:


The School of Law, Birkbeck presents
2013 Annual Law Lecture:
IS THERE A RIGHT TO DISOBEDIENCE AND RESISTANCE?
Professor Costas Douzinas, Birkbeck, University of London

'The ‘new world order’ announced in 1989 was the shortest in history coming to an abrupt end in 2008.  From the Arab spring, to the indignados and Occupy, protests and uprisings have erupted all over the world. History, recently declared finished, has been reborn as we move into an age of resistance and change. New forms of resistance appear regularly. Their timing is unpredictable, their legal position problematic but their occurrence certain.

The lecture examines the (legal) right to resistance. Permanent revolution is the condition in modern science and art. In law, the right has been written off but cannot be wished away. it has turned into a ghostly norm, a void at the core of law that keeps it from ossifying. Despite the reservations of philosophers and lawyers, resistance has become the modern expression of free action when the order of the world decays.  The ‘right to resistance’ remains the highest form of political freedom and moral responsibility. As right and as event, resistance acts like a ghost which supports all other rights. Despite its disavowal, resistance returns from time to time like the repressed.'

Friday 24 May, 6 - 8pm.
Venue: Room B33 Malet St Building, Birkbeck, University of London
Tickets to this event are free but we recommend you secure your place on our Eventbrite page.

Por la igualdad. Firma!

“We need your signature! Please sign here! Venga familia! Regálame tu firma! http://www.lgbtpuertorico.com/peticion/discriminacion/ GRACIAS! THANK YOU!”, publicó el cantante en su red social Twitter, junto con el enlace de la página donde se puede añadir la firma a favor de las medidas."

13.5.13

Reflexiones 2: lo político no es personal

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En las décadas de los 60 y los 70 una de las consignas fue  "lo personal es político". El punto era llamar la atención sobre cómo, la entonces llamada "esfera privada" ocultaba situaciones de desigualdad y opresión para las mujeres y, como consecuencia, aquello que se relegaba al ámbito oscuro de lo privado -debía dejarse claro,-era parte también de la rueda de lo político y debía cuestionarse. Los criterios de la llamada esfera privada no permitían poner a la luz asuntos urgentes que debían discutirse y que silente y convenientemente se tomaban por buenos, sin que se polemizaran y problematizaran como propios de lo político. La premisa es que aquello que es político debemos develarlo y atenderlo con el crisol de lo político y no con el crisol de lo privado o "lo personal". Lo político, pues, debía responder a parámetros de la comunidad política, de la protección de todos los cuidadanos y ciudadanas según criterios de libertad, igualdad, justicia, democracia, todos ellos criterios para potenciar a la comunidad, que a su vez se enriquece con la protección de la diferencia y con la libertad de cada uno y una de sus componentes. Lo privado suponía ser del interés de cada individuo y no sujeto a escrutinio de la comunidad política. Lo político, sin embargo, suponía un nosotros que habría que atender entre ese diverso nosotros.

Hoy dia el problema parecería al revés. Lo político ha devenido en individual, en lo personal. Los criterios para atender, evaluar y discutir los problemas y retos de la comunidad política -si se mira de cerca- la mayoría de las veces son criterios personales, sus premisas individualistas, al antojo y para los intereses personales de ciertos individuos y no de la pluralidad que compone la esfera de lo político. Solo unos ejemplos. Educación, Salud, Vivienda: según la capacidad de pago privada de cada cual, son bienes de consumo individuales. Servicios indispensables: se adquieren y tributan por individuos según su posibilidad de pago y consumo. Seguridad: a cada cual conforme al poder adquisitivo, de acuerdo al tipo de cierre de la calle y al valor de los pequeños feudos. El servidor o la servidora pública cobra de acuerdo a criterios patrimoniales privados y no de acuerdo con la posibilidad del país al cual 'sirve'. Las tragedias del país se reportan y analizan como tragedias familiares y personales. Las controversias jurídicas se adjudican de acuerdo con la preferencia y unicidad de valor de quien las atiende. Los temas colectivos se analizan desde preferencias individuales y las políticas públicas se asumen dirigidas hacia un aislamiento cada vez mayor del individuo, por supuesto, unos más vulnerables que otros.



En lo político se adoptan como buenos -y sin mucho cuestionamiento- lógicas privadas, hiper-individualistas, intereses de los beneficiarios del mercado y creencias personales que se hacen pasar como de aceptación general y se le adjudican falazmente a la pluralidad que compone la comunidad.  Libertad, Igualdad, Fraternidad, Justicia, Democracia, parecen haberse desgastado como conceptos, la mayoría de las veces ausentes pero cuando se presentan, suelen pervertirse.

Quizás la consigna "lo personal es político" nos sirva para divisar que las problemáticas que estamos viviendo, se ven con un crisol excesivamente privado. La consigna anterior entonces no alcanza ni conceptual ni material ni estratégicamente. Y es que hoy lo privatizado es precisamente lo político. La apariencia de un ambito político en el cual podamos vertir y develar lo antes escondido en la "esfera privada" ya no existe, pues aunque develemos lo escondido para llevarlo a lo político, allí la logica que opera sigue siendo pasmosa y vorazmente privada (y sin ningún rubor). 

Hoy es lo político lo que tendríamos que rescatar de su operación y racionalidad privada. Correspondería decir: lo político se ha privatizado. La consigna debería ser "Lo político no es personal". éft. mayo 2013.

12.5.13

Santurce, Puerto Rico. Women working at the Rodriguez needlework factory. Minimum wage is six dollars a week Repository: Library of Congress Prints & Photographs Division Washington, DC 20540 http://hdl.loc.gov/loc.pnp/pp.print