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21.5.09

Ideólocos (otra de Rodríguez Casellas!)

Ideólocos (en Buscapié)

Miguel Rodríguez Casellas**

Para los que no puedan explicarse las políticas confrontacionales de nuestro gobierno mayoritario, asumiéndoles falta de lógica o incluso debilidad mental, sólo tienen que recuperar esa palabra asesinada por ejércitos de posmodernos en todo el mundo: ideología. También deberán sustituir “logo” por “loco”, pues hay enfermedad en la dirección apuntada.

Justo cuando el pragmatismo parece ser la ruta del liderato mundial frente al descalabro económico causado por la irracionalidad de un capital que se imaginó en un orden metafísico, aquí el Gobierno se repliega a la testarudez ideológica.

Lo peor es que ni siquiera son consistentes con sus propios postulados, de ahí la teoría del déficit de salud mental. Y es que cuando toda tu referencia de vida es un espacio urbano “high class”, lo próximo es perder la chaveta y defender una normalidad que sólo existe en la imaginación de Garden Hills.

Como ejemplo, tomemos el trato dado al liderato comunitario del Caño Martín Peña. En cualquier manual de liberalidad económica esta gente serían los niños símbolos de la comunidad autogestora que no “molesta” al Gobierno ni se monta en el relato del estado benefactor con la mano indigente eternamente extendida. Esta gente, que merecen respeto por su audacia, no quieren del Gobierno otra cosa que ser propietarios comunes de las tierras que habitan con el fin de financiar su desarrollo social.

Cualquier republicano de sangre caliente se orinaría encima, conmovido frente a estos pequeños empresarios. Pero aquí, el Gobierno amenaza con hacer otra cosa: quitarles las tierras, dividirlos repartiendo títulos de propiedad y desmantelarles la oficina que los organiza.

 El Gobierno republicano que este país de locura ha elegido, a falta de opciones en el menú de noviembre, prefiere gravar la noción del pueblo indigente y victimizado, (mucho más fácil de controlar), que la comunidad convertida en pequeño gran desarrollador, (con poder de negociación frente a la banca, el Gobierno y el Estado).

Hay locura y cálculo ideológico en el aire, dejando un colateral de maldad que mete miedo.

*El autor es decano de Arquitectura de la Politécnica.