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30.7.09

Hannah y el lenguaje


-para el gran amigo Lucas A., que siempre está hiperconsciente 
del vivir en el lenguaje

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El lenguaje habla consigo mismo (como con un amigo); el querer se manda a sí mismo, como un señor manda al siervo; el siervo, oprimido, tiene su propia voluntad (cf. Schelling); el juicio reflexiona sobre sí mismo: me agrada, no me agrada. Sólo en la voluntad surge una disputa entre mí y mí mismo. La voluntad actualiza siempre un desgarro. Así como el pensamiento me familiariza con lo no sensible, que está dado en el mundo de la aparición, de igual manera el juicio me familiariza con el mundo de la aparición o sea, con el mundo en el que vivo. Solamente la voluntad me arroja enteramente a mí mismo como desgarramiento. Yo quiero, dice el yo como señor,; yo no quiero, dice el mismo como siervo. 

El sí mismo en el pansamiento es un amigo, en el querer es un enemigo y en el juicio es el patrón del que parto cuando me formo un juicio.

-Hannah Arendt, Cuaderno XXVII, noviembre 1969, Diarios Filosóficos