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8.3.15

Requisitos imprescindibles para lograr llevar toda una vida dedicada a los derechos humanos (ACLU)


Por: ACLU/ William Ramírez


Nora Vargas Acosta
Abogada, educadora, luchadora por los Derechos Humanos,
cofundadora de la ACLU Puerto Rico
Pensando en voz alta, me senté en mi estudio residencial este domingo, 8 de marzo de 2015 a reflexionar sobre el Día Internacional de la Mujer y cómo - por situaciones ajenas a mi voluntad - me ha pasado por el lado este importante día, así como muchos otros días importantes del último año. Pensé que debería preparar un comentario sobre Helen Keller, feminista pacifista que en los 1880’s abogaba por las personas no videntes y con pérdida de audición; o quizás Jane Addams, feminista, premio Nobel,  que abogó por el derecho al voto para las mujeres; o Ruth Bader Ginsburg, jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos (EE.UU.) y abogada de derechos civiles. Claro está, esto dentro del contexto de la organización estadounidense no gubernamental que he tenido el privilegio de dirigir en Puerto Rico por los últimos once años. Tanto Helen Keller como Jane Addams fueron fundadoras de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) al principio del siglo pasado; mientras que Ruth Bader Ginsburg fue abogada de la ACLU y fundadora de nuestro Proyecto de la Mujer.

Sin embargo, se me ocurrió que debería resaltar el trabajo de la mujer puertorriqueña en lo que respecta a la ACLU, lo que obliga enfocarme en la labor de la Lcda. Nora Vargas Acosta, luchadora incansable por los derechos del pueblo y sus comunidades vulnerables. En los 1970’s, Nora, como se le conoce, fue activista estudiantil tanto en la Universidad de Puerto Rico (UPR) donde comenzó sus estudios universitarios, como en la Universidad de Nueva York en Albany - institución que en 1975 le otorgó su Bachillerato en Psicología. En la Universidad de Nueva York participó activamente en el movimiento de derechos civiles para la integración racial del sistema universitario en el estado de Nueva York, movimiento que hoy romantizamos y que emanó de la necesidad de combatir la desigualdad extrema que aún persistía y persiste en EE.UU. y también en el estado de Nueva York. Contrario a lo generalmente aceptado, la desegregación no se limitó al sur de EE.UU. 

Al graduarse de universidad, de inmediato Nora comenzó a hacer su marca en los derechos humanos. Entre sus primeros proyectos profesionales en 1975, la Lcda. Nora Vargas Acosta se unió al equipo de trabajo del “Bronx Developmental Center”, una de las instituciones a cargo de la desinstitucionalización de “Willowbrook” – residencia permanente para miles de niños abandonados al estado por meramente padecer de alguna condición severa relacionada al desarrollo mental. En el proceso de desinstitucionalización se descubrió que allí también se almacenaban niños abandonados por padecer de condiciones tales como perlesía cerebral.[1] Posiblemente, esta experiencia marcó lo que sería una vida dedicada al trabajo en apoyo a los derechos de las personas más vulnerables y marginadas de nuestra sociedad.

Respeto, amor por el prójimo y mucha determinación de luchar por el cambio social contra toda adversidad son requisitos imprescindibles para lograr llevar toda una vida dedicada a los derechos humanos. Creo que esas palabras captan la esencia de quién es Nora Vargas Acosta, mujer que ha dedicado su vida a luchar por la equidad en todo sentido de la palabra. Durante sus años de activismo estudiantil se desempeñó como educadora en una de las más temidas instituciones penales de Nueva York y EE.UU., “Greenhaven Correccional Facility” (t/c/c Comstock Prison). Una joven mujer de apenas 19 años de edad era movida por un feroz empeño de aportar al cambio en las condiciones de los puertorriqueños y otros latinos que allí se encontraban encarcelados, en algunos casos para toda su vida.

Mientras trabajaba, Nora, continuó sus estudios graduados enfocándose en Educación Especial y una Maestría en Administración y Salud Pública. En 1980 regresó a su amado Puerto Rico, luego de casi una década de ausencia y asistió la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana donde en 1983 recibió su grado Juris Doctor. Luego pasó a laborar en la clínica legal de dicha institución en capacidad de becaria de derecho posgraduado, por haberle sido otorgado el “Reginald Heber Smith Fellowship”  de “Howard University School of Law”.  Este marzo de 2015, une esfuerzos de la Clínica Legal de la UPR a la Clínica Legal de la Universidad Interamericana y la Universidad de Santa Clara en California, así como un sinnúmero de organizaciones civiles no gubernamentales que comparecerán ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, DC, a presentar el estado de Derechos Humanos en Puerto Rico.

Podríamos seguir resaltando los logros y aportaciones de la Lcda. Nora Vargas Acosta en el campo de los derechos humanos (entiéndase incluso las libertades y derechos civiles) pero sería muy laborioso, por lo que nos limitamos a enumerar algunos:

·      En los 1980’s fue abogada del Instituto Puertorriqueño de Derechos Civiles. En 1994 co-fundó la ACLU en Puerto Rico y fue invitada a formar parte de la Junta Asesora del capítulo nacional (EE.UU.) de “ACLU Foundatión” en Nueva York.

· A principios de los 1990’s fue pionera en el litigio de casos de derechos civiles de personas viviendo con VIH y con otras condiciones y discapacidades; y activista en los derechos reproductivos de la mujer.

· A finales de 1990’s dirigió la primera clínica de derechos civiles en la Escuela de Derecho de la UPR. 

· Fue por varios años Presidenta y continúa como miembro de la Comisión de Derechos Humanos y Constitucionales del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAPR). 

· Le fue otorgada la Medalla Nilita Vientós Gastón por el CAPR. 

· Por los últimos cinco años se ha desempeñado como profesora de Clínica Legal LGBTT de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico; mientras lleva una intensa práctica privada enfocada en los derechos humanos.

· Es miembro de la Junta Asesora de la ACLU en Puerto Rico y sobre la reforma policial.

· Es abogada litigante voluntaria de la ACLU, habiéndose unido a importante causas judiciales a través de los años.

· Participó en estudios y redacción de informes sobre la policía de Puerto Rico para el CAPR y también para la Comisión de la policía de Puerto Rico - nombrada por el entonces Superintendente de la Policía, Pedro Toledo.

· Por años ha sido instrumental en darle continuidad a nuestro taller en la ACLU en el campo de la violencia de género.

Hablar de la mujer, en el contexto de nuestro trabajo para adelantar el respeto a los derechos humanos en Puerto Rico, es hablar de mujeres quienes, como la licenciada y profesora Nora Vargas Acosta y muchas otras mujeres aparte de nuestra familia en la ACLU, han entregado sus vidas a luchar por la equidad para todas y todos los que habitan esta isla, siempre en solidaridad con los demás seres que ocupan el planeta y sufren las inequidades socio económicas que mueven nuestro trabajo. 

Desde la ACLU Puerto Rico, nuestro más profundo agradecimiento y respeto a todas las mujeres que han entregado sus vidas desinteresadamente a luchar por la equidad para todas y todos.