12.8.09

columna: Solidaridad (buenísima!)

12-AGOSTO-2009 

YAJAIRA RODERO

Solidaridad

Subject: Solidaridad. Así leen los correos electrónicos que recibo. Que no cunda el pánico no he sido diagnosticada con la influenza AH1N1. “God bless me” tampoco tengo dengue. Mi mente (aunque haya quien pueda argumentar lo contrario) y mi cuerpo realizan sus funciones adecuadamente. No formo parte de las estadísticas de las más de doce mil personas sin hogar.


Tampoco soy víctima de la violencia de género ni una de los miles de estudiantes que se toparán con que no tienen ni maestros ni “hand sanitizer”.


A diferencia de los -dicen que treinta mil- empleados públicos que serán tirados a la calle, no me torturan las interrogantes sobre cómo alimentaré a mi hijos y les garantizaré los ya pésimos servicios de salud o un techo digno.


Soy afortunada siempre hay agua en el grifo mientras que los vecinos del barrio Guzmán Arriba de Río Grande pasan hasta dos semanas consecutivas sin el “preciado líquido” (hay que ver como detesto la frase), y aunque el servicio de energía eléctrica se interrumpe casi a diario (los números parpadeantes de mi despertador así lo testifican), las interrupciones son de corta duración.


Otros no tienen mi suerte; cerca de 600 familias en el Barrio Mulitas Tiza y barrios aledaños en Aguas Buenas llevan décadas viviendo en las tinieblas.


Estipulemos que soy “muy afortunada”, tanto que hasta diez taquillas me regalaron para que y cito “no te raciones el cine que sé tanto te gusta”.


Andar y hacer camino al andar propuso Machado. ¿Ya les dije que también tengo dos piernas y ambas funcionan? Yep, puedo andar, que no es poca cosa.


Recibí y continúo recibiendo decenas de correos “Subject: Solidaridad” y no es porque esté en una camilla en los pasillos del Centro Médico en condiciones que lloran ante los ojos de Dios y que el país no puede continuar permitiendo. Nope, estoy comodita en mi camita escribiendo en mi “laptop from Guaynabo City”. Y ojo con llamarme “guaynabita” porque no va a quedar títere con cabeza.


La que escribe está en la lista de un plan de cesantías y ello mueve a otras y otros a ser solidarios. La solidaridad es pincel que dibuja sonrisas en mi rostro y ellas y ellos son mis Velázquez y mis Dalí.


Ojalá el archipiélago sea tan afortunado como yo. Ojalá que las mujeres y los hombres valientes ejerzan el sentido común y rescaten a Puerto Rico desde la solidaridad.


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