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26.5.16

Por la reconfiguración del mapa político (Juan Carlos Rivera Ramos)



En una coincidencia inusitada entre los líderes carismáticos del Partido Nuevo Progresista, la derecha estadista y líderes tradicionales de la izquierda independentista, se llama a boicotear o no votar por el socialista democrático, Bernie Sanders, en las primarias presidenciales del Partido Demócrata de los Estados Unidos, a celebrarse en Puerto Rico el próximo 5 de junio. Se suman estos a la élite política del Partido Popular Democrático, quienes, al igual que los líderes del PNP, apoyan a Hillary Clinton. A todas luces, los y las líderes tradicionales de las tres fuerzas políticas hacen un llamado al orden, a obedecer la línea de partido, o a seguir las prácticas tradicionales basados en principios ‘eternos,’ obviando así la coyuntura histórica y política que contextualiza la práctica de todo principio ético.
Sin embargo, nos honran con sus quejas, pues demuestran que algo hacemos bien y que se les va el monopolio político de las manos. Estas reacciones y llamados al orden visibilizan las grietas de tres discursos y formas de liderato que insisten en encuadrar la lucha por la justicia social (que incluye la descolonización) en tres “fórmulas de estatus” dictadas de “arriba hacia abajo” y con voz masculina. Otras fuerzas políticas se asoman, y van cuajando expresión y fuerza. Las vimos en el teatro de la Universidad de Puerto Rico y las vemos en las redes sociales y en la calle. Son herejes, y no titubean al momento de sentarse a la mesa con estadistas, soberanistas o independentistas para luchar en contra de la dictadura del capital financiero, a favor de la profundización de la democracia, por los derechos de las mujeres, en contra del colonialismo y el racismo, a favor de la comunidad LGBTTQ, en contra de la “codicia de la clase millonaria”, como dice Bernie Sanders, en contra de Wall Street, y a favor de los pobres y la clase trabajadora.
La campaña de Bernie Sanders llamó a un “political revolution” y le tomamos la palabra. Nos sumamos a múltiples grupos y luchas para incluir las nuestras, rompiendo así la hegemonía de los partidos y los líderes locales. Preferimos la heterodoxia de la democracia ciudadana frente la ortodoxia que imponen los partidos y movimientos encuadrados en fórmulas de estatus y estructuras jerárquicas que no nos representan.
Llamamos a los que se entusiasman con la “political revolution” y la candidatura de Bernie Sanders - independentistas, estadistas, soberanistas, libreasociacionistas - a que salgan a votar y desobedezcan el llamado al orden de los mismos de siempre. Agüemosle la fiesta Hillarista, y salgamos a ganar en unas elecciones históricas que definirán, no solo una parte importante de las condiciones sociales en los Estados Unidos y Puerto Rico, sino también el mundo. Participemos de la reconfiguración del mapa político mundial. Contra el neo-fascismo de Donald Trump, contra el neoliberalismo depredador de Hillary Clinton, votemos por el socialismo democrático de Bernie Sanders. Que esta elección primarista sea solo el comienzo de una plataforma heterodoxa y plural para la politización ciudadana fuera de los dogmas de partido y enfocada en la justicia social, aquí y ahora."



30.11.15

Las Mujeres y el Voto (Parte I)

Comparto esta entrada, la primera de una serie que publicaré en el blog Derecho al Derecho:

Las Mujeres y el Voto (Parte I) 
Érika Fontánez Torres

En 1920 dos mujeres trabajadoras protestan en los tribunales las dos leyes que según recuenta Yamila Azize, “más claramente evidenciaban el discrimen hacia la mujer: la desigualdad en los salarios (menos paga por ser mujer) y la falta del derecho al voto”. Una de ellas, Genara Pagán.

En 1924, Mariana Morales Bernard, despalilladora de tabaco, residente de Puerta de Tierra en San Juan y mayor de edad, fue a la Junta Local de Inscripciones y Elecciones del Primer Precinto de San Juan, para inscribirse para votar en las elecciones generales de ese año. La Junta de Inscripciones se negó a inscribirla porque era mujer y la Ley decía que eran hábiles para votar sólo los varones mayores de edad. Mariana presentó una demanda contra la Junta y el caso fue para su adjudicación al Tribunal Supremo de Puerto Rico. Alegó Mariana que dicha disposición era inconstitucional y contraria a la enmienda XIX de la Constitución que ya para esa fecha prohibía negar el derecho al voto por razón de sexo. Es decir, los jueces del Supremo en ese entonces tendrían ante sí la controversia de si aún cuando la ley de Puerto Rico y la del Congreso de los Estados Unidos aplicable a Puerto Rico, decía claramente que las mujeres no eran aptas para votar, 'lo que decía la ley' era contrario a la Constitución y a un derecho fundamental y por lo tanto, debía decidir a favor de Mariana. La opinión del Tribunal Supremo fue emitida en Morales v. Junta Local de Inscripciones, 33 DPR 79 (1924). El Tribunal de ese momento veía su función, es decir, la función de los jueces, limitada a seguir y expresar 'la letra clara de la ley. Si la letra de la ley es clara, el Tribunal debe seguir el mandato expreso de la Asamblea Legislativa. Así razonó.
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La travesía de las mujeres para lograr el derecho al voto, el derecho a hacerse contar en el espacio de la democracia representativa fue cuesta arriba. Sabemos hoy día que la reivindicación no está completa, sobre todo si una enfoca en los límites de ese derecho y de la democracia representativa misma como modelo de democracia. No obstante, creo que rememorar esos hechos históricos tiene valor en sí mismo y me parece que tenerlos de referente para situarnos en las luchas y estrategias del presente es importante en la lucha que llevamos las mujeres para incidir en eso que llamamos la política.


Recientemente, en diversos lugares se ha conmemorado esa lucha del sufragio femenino. Conmemorarla no necesariamente implica acoger como fin último aquellos objetivos de la igualdad formal, es decir, del feminismo de la igualdad, sino reconocer lo duro que fue algo que hoy día parecería obvio (sobre esto expondré algo más adelante). En otras palabras, el proceso importa. Asimismo, no es casualidad que ante lo que algunos llaman una nueva ola de feminismo, la lucha de mujeres sufragistas, de clase alta, pero también de clase trabajadora se está representando recientemente en el cine y en documentales, así como en medios electrónicos (Véase el proyecto de Educación e Historia de Howard Zinn) y redes sociales. Por ejemplo, la película británica Suffragette, aunque a través de la ficción, como mínimo contribuye a cuestionar el mito histórico de que solo las mujeres pudientes fueron las que lucharon para la obtención de ese derecho. Contrario al imaginario histórico prevaleciente, la película representa cómo mujeres trabajadoras, mujeres sometidas a condiciones serias de explotación y abuso sexual, en el caso de Inglaterra (la película utiliza el ejemplo de las lavanderas, en nuestro caso serían las tabacaleras), contribuyeron a diversificar (y hay quienes plantean, a radicalizar) el movimiento británico con consecuencias mucho más drásticas de las que sufrieron mujeres pudientes. Hoy día está en discusión que dentro del movimiento sufragista las estrategias fueron diversas y que algunas estuvieron dispuestas a radicalizar el movimiento no solo mediante actos de desobediencia civil sino también mediante actos violentos. Se destacan los actos de desobediencia civil y la propaganda violenta y prejuiciada que tuvieron que enfrentar, la persecución política, el encarcelamiento, la tortura, así como los prejuicios que abiertamente se vertían como argumentos por afamados hombres de política para negarse a reformar la ley.

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Es sorprendente (o no) que hace menos de 100 años las mujeres todavía no eran consideradas sujetos políticos para emitir un voto. Al final de la película Suffragette se hace un recuento de las fechas en que diversos países enmendaron la ley para acceder a los reclamos y reivindicaciones de mujeres que se tiraron a la calle y desafiaron la distinción público-privado, para reclamar una voz en la política. Fue interesante en mi caso, no solo asombrarme con algunas fechas sino también presenciar como el público en el cine emitía su asombro a viva voz con este “simple” dato. Para mí, el valor de esta conmemoración está precisamente en la ruptura que representa en el imaginario común –en este caso a través del cine- el hecho de que las mujeres hemos sido ciudadanas de segunda categoría y en muchos renglones lo seguimos siendo. Muchas veces hablamos de feminismo de primer, segundo y tercer estadio pero perdemos de perspectiva que a veces las múltiples reivindicaciones siguen estando en juego, se solapan unas con otras y no pocas veces nos vemos retomando luchas para no perder aquello que otras nos legaron e incluso para todavía seguir en las reivindicaciones que esos otros “estadios” no pudieron lograr y que valen la pena retomar.

En Estados Unidos, las mujeres pudieron votar apenas en el 1920 (habría que decir más sobre todo si hablamos de mujeres negras, desde ese entonces hasta la actualidad), a través de la Enmienda 19 de la Constitución Norteamericana y a pesar de que Puerto Rico era un territorio de Estados Unidos hubo quienes en la isla se opusieron a que dicha enmienda se hiciera extensiva a las mujeres en Puerto Rico. Tomó quince años para que se extendiera ese voto a las mujeres. El caso que reseño arriba, el de Mariana Morales Bernard, es un ejemplo de actos que realizaron las mujeres para lograr el derecho al voto. Como expuse arriba, el Tribunal Supremo de Puerto Rico y muchos hombres de la política puertorriqueña, argumentaron que a ellas no les era extensivo ese derecho (Ver la reseña en mi otro blog sobre los fundamentos del Supremo de Puerto Rico, lo que denomino como una “tragedia jurídica”). En el libro La Mujer en la Lucha de Yamila Azize (1985), hay dos capítulos que recogen los procesos de luchas sufragistas en Puerto Rico, incluyendo las diferentes estrategias y divisiones dentro del movimiento. La Liga Social Sufragista, por un lado y la Asociación Feminista Popular de Mujeres Obreras, por otro, recorrieron un camino difícil para lograr este derecho y más que eso, para cambiar las perspectivas machistas y violentamente prejuiciadas hacia las mujeres que en los discursos de época, en los periódicos, en las pancartas y hasta en las caricaturas, prevalecían. Sobre las mujeres sufragistas obreristas, Azize expone:
El resurgimiento del movimiento sufragista daba un nuevo impulso a la lucha por el voto para la mujer en Puerto Rico, pero la procedencia de clase de las líderes de la nueva organización le imprime una versión conservadora al movimiento, y muy diferente de la organización de mujeres obreras que se funda en febrero de ese mismo año. La Asociación Feminista Popular de Mujeres Obreras surgía como producto de los varios mítines feministas que a partir de diciembre de 1920 auspició el Partido Socialista.
...
Las líderes de la Asociación eran obreras y dos de ellas –Francisca de Armiño y Carmen Gaetán –presidían uniones despalilladoras de tabaco. Sus planteamientos daban continuidad a los acuerdos tomados por el Primer Congreso de Mujeres Trabajadoras que celebrado en 1919 reconocía el voto como uno de los muchos derechos por los que tenían que luchas las mujeres puertorriqueñas”. pp. 118-119.

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Despalilladoras de tabaco. Puerta de Tierra. 1912.

De 1927 a 1929 la lucha sufragista se torna también en la lucha por lograr un sufragio restringido o uno universal, con grandes polémicas que dividieron a los sectores políticos en el país y a las propias sufragistas principalmente en líneas de clase social. Quienes abogaban por el voto restringido aducían que “las analfabetas no están en condiciones de ejercitar el sufragio” (Azize, p. 138). Azize recuenta al detalle esa lucha y cómo diversos proyectos de ley fueron derrotados hasta que se aprueba el voto restringido y posteriormente las luchas feministas se activan también para lograr un salario mínimo y otros derechos. Las mujeres obreras fueron enfáticas en sus campañas en el sentido de que lograr el voto no era ni remotamente lo único que se necesitaba y que ciertamente no resolvería las injusticias que enfrentaban día a día, sobre todo las mujeres trabajadoras.

Esta es apenas una brevísima reseña del tema, sobre el cual vale la pena detenerse, pero que hoy me sirve de antesala para situarnos al 2015, apenas a un año de otro evento eleccionario. Esta vez son otro grupo de mujeres las que podrían verse privadas en las próximas elecciones de su derecho al voto: las mujeres privadas de libertad. Hoy, casi 100 años después no son las tabacaleras las que se expresan para lograr su voto, sino las mujeres privadas de libertad las que luchan para defender el suyo. Como hemos reseñado en varias entradas, hay un proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes y pendiente en el Senado de Puerto Rico que propone restringir el sufragio universal y quitarle a ciertos ciudadanos el derecho al voto. Las razones, como hemos señalado también otras entradas de este blog, son insuficientes. Pero más aún, planteo que en el caso de las mujeres, por la situación en que se encuentran al estar doblemente privadas de igualdad (por el mero hecho de ser mujeres ya el sistema las trata desigual y estando confinadas están doblemente sujetas a tratos discriminatorios), privarles de este derecho que nuestras antecesoras lograron, es aún más perjudicial.

Ya hemos expuesto varios argumentos por los que nos oponemos a este proyecto pero esta vez, en una serie de entradas que publicaremos en los próximos días en este blog, publicaremos los argumentos de ellas, de las mujeres privadas de libertad que han analizado y discutido el proyecto de ley y que explicitan las razones por las que no deben privarles de ese derecho. En el marco de un curso de Introducción al Derecho en el que hemos discutido el derecho fundamental al voto, las estudiantes leyeron a Yamila Azize, discutimos los elementos de la teoría de la democracia que sustenta sus derechos y procedieron a hacer análisis legislativo y a emitir comentarios sobre el proyecto que les privaría de expresarse en las urnas en las próximas elecciones. En esta serie de entradas, tendremos la oportunidad de leerlas y de no ignorarlas.

2.11.15

El panorama sombrío de la política y los partidos


Ya en otras entradas hemos reseñado y compartido algunos fragmentos que ponen a la luz las objeciones de filósofas y teóricas políticas como Simone Weil y Hannah Arendt respecto a los partidos políticos (Ver aquí), la democracia representativa y la acción ciudadana. En este fragmento del libro de Cristina Sánchez, Estar (políticamente) en el Mundo, Sánchez, refiriéndose al tema de la acción en la teoría arendtiana, explica como los consejos le sirven a Arendt para "visualizar espacios para la participación directa de los ciudadanos". Va un fragmento:

"¿Qué estructuras políticas hay que puedan preservar la participación cívica sin la presión de los partidos? ... Inmediatamente cabe preguntarse entonces por qué la acción política no se ejerce mediante la democracia representativa. ¿Qué es lo que se pierde (de cara a la acción) con la representación y los partidos y se gana con los consejos? Arendt analiza con distancia crítica la democracia representativa: la presencia de los partidos no deja espacio para la acción de la ciudadanía. Los partidos ocupan el espacio público-político y a los ciudadanos les queda el espacio de la urna. La crisis de este sistema se ha producido, en su opinión, porque se han perdido las instituciones y los espacios que permitían la participación directa de la sociedad civil, y por otro lado, por la profesionalización y burocratización de los partidos. Así pues, la política deja de ser una actividad de la vida activa de cualquier ciudadano, y se convierte en la actividad de los "expertos" profesionales. Frente a este panorama sombrío, los consejos recogen la idea del pensamiento romano de la potestas in populo, esto es, del pueblo como el lugar del que nace el poder. 

Su propuesta, por consiguiente, lejos de propugnar un abandono de la democracia representativa, señala las limitaciones del sistema representativo -las tensiones entre democracia y república- e incide en extender la posibilidad del actuar político a todos los ciudadanos. Frente a la crisis de la democracia estadounidense de los setenta, y en consonancia con las demandas políticas de una mayor participación de la ciudadanía, Arendt sugiere combatir la desafección hacia la política y la crisis de legitimación de la democracia liberal con más política, no identificando esta solo con la actuación del Estado y los partidos, sino con la participación comprometida e intensa de la ciudadanía en los asuntos públicos.". pp. 102-103.

27.5.13

Human beings as machines of self-interest (J.M. Coetzee)


November 11, 2010

Dear Paul,

...

Since I last wrote, you have had elections in the U.S., and the Republicans have resurged in force. I won't ask you to explain. But this is beginning to look like an interesting moment in history (and I don't just mean U.S. history).

Since about 1970, a pretty mean vision has been propagated and encouraged and allowed to take over the direction of the planet, a vision of human beings as machines of self-interest and of economic activity as a contest of all against all for material spoils (economy: properly the nomos of the oikos, the regulation of the household).

As a consequence a debased notion of what constitutes political life has come to prevail, and has in turn given rise to a pretty contemptuous view of what constitutes the practice of politics. Thus the same politicians who did nothing to counter the mean vision of social life get to feel the fury and contempt, the furious contempt, of voters who see them as little more than machines of self-interest themselves. The word "trust" has lost all purchase. If today a politician were to utter on a public platform the words, "I ask you to trust me", he would be laughed down, no matter how sincerely he meant it".

Yours in dark times,

John.

(From Here and Now: Letters, 2008-2011, J.M. Coetzee and Paul Auster, p. 194)

11.5.13

Reflexiones 1: el desafío del poder

(1)

Luego de cientos de años ideando las formas de frenar y ponerle cortapisas al poder, de diseñar sus instituciones, creo que el desafio de los tiempos no está ahi. El verdadero desafio sobre el poder en estos dias es ejercerlo, no frenarlo; es el cómo de su ejercicio, no el cómo de su renuncia, de su delegación. El asunto está más en cómo concebirlo, no presumirlo abandonado en constitutivas instituciones. Es cómo mantenerlo conscientemente omnipresente, cómo reactivar su potencia, no cómo escindirla. El problema hoy no es tanto la doctrina de división de poderes en tres. El genio está en trascender la premisa desgastada de la ubicación y la división de poderes en un lugar remoto. Hoy, diría, no es tanto esa 'división de poderes' la que debe ocupar nuestra atención. Por el contrario, hoy el reto está más bien en juntar y rejuntar los poderes, una y otra vez, potenciar el poder desde la pluralidad, allí, en esa pluralidad donde está ausente o no se ejerce.

Habría que cambiar el enfoque de la mirada y la estrategia, que no esté exclusivamente puesta en el lugar desde donde el poder se ejerce actualmente sino precisamente en los espacios en que no se potencia, en que podría ejercerse y no se le concibe como tal. Habría que retrotaernos al momento en que se echaron a pérdida sus posibilidades y se descansó en una hoy vacua autoridad para su ejercicio.  

El desafio actual, no está tanto en frenar el poder como en rasgarle el velo de su autoridad moribunda para vestirse de gala con él, sintiéndonos sujetos de su pleno y constante ejercicio. éft
mayo 2013.

4.5.13

Carta para Jana (Milada Horáková)


My only little girl Jana, 

God blessed my life as a woman with you. As your father wrote in the poem from a German prison, God gave you to us because he loved us. Apart from your father's magic, amazing love you were the greatest gift I received from fate. However, Providence planned my life in such a way that I could not give you nearly all that my mind and my heart had prepared for you. The reason was not that I loved you little; I love you just as purely and fervently as other mothers love their children. But I understood that my task here in the world was to do you good by seeing to it that life becomes better, and that all children can live well. And therefore, we often had to be apart for a long time. It is now already for the second time that Fate has torn us apart. Don't be frightened and sad because I am not coming back any more. Learn, my child, to look at life early as a serious matter. Life is hard, it does not pamper anybody, and for every time it strokes you it gives you ten blows. Become accustomed to that soon, but don't let it defeat you. Decide to fight. Have courage and clear goals and you will win over life. Much is still unclear to your young mind, and I don't have time left to explain to you things you would still like to ask me. One day, when you grow up, you will wonder and wonder, why your mother who loved you and whose greatest gift you were, managed her life so strangely. Perhaps then you will find the right solution to this problem, perhaps a better one than I could give you today myself. Of course, you will only be able to solve it correctly and truthfully by knowing very, very much. 


Not only from books, but from people; learn from everybody, no matter how unimportant! Go through the world with open eyes, and listen not only to your own pains and interests, but also to the pains, interests and longings of others. Don't ever think of anything as none of your business. No, everything must interest you, and you should reflect about everything, compare, compose individual phenomena. Man doesn't live in the world alone; in that there is great happiness, but also a tremendous responsibility. That obligation is first of all in not being and not acting exclusive, but rather merging with the needs and the goals of others. This does not mean to be lost in the multitude, but it is to know that I am part of all, and to bring one's best into that community. If you do that, you will succeed in contributing to the common goals of human society. 

Be more aware of one principle than I have been: approach everything in life constructively—beware of unnecessary negation—I am not saying all negation, because I believe that one should resist evil. But in order to be a truly positive person in all circumstances, one has to learn how to distinguish real gold from tinsel. It is hard, because tinsel sometimes glitters so dazzlingly. I confess, my child, that often in my life I was dazzled by glitter. And sometimes it even shone so falsely, that one dropped pure gold from one's hand and reached for, or ran after, false gold. You know that to organize one's scale of values well means to know not only oneself well, to be firm in the analysis of one's character, but mainly to know the others, to know as much of the world as possible, its past, present, and future development. Well, in short, to know, to understand. Not to close one's ears before anything and for no reason—not even to shut out the thoughts and opinions of anybody who stepped on my toes, or even wounded me deeply. Examine, think, criticize, yes, mainly criticize yourself don't be ashamed to admit a truth you have come to realize, even if you proclaimed the opposite a little while ago; don't become obstinate about your opinions, but when you come to consider something right, then be so definite that you can fight and die for it. As Wolker said, death is not bad. Just avoid gradual dying which is what happens when one suddenly finds oneself apart from the real life of the others. You have to put down your roots where fate determined for you to live. You have to find your own way. Look for it independently, don't let anything turn you away from it, not even the memory of your mother and father. If you really love them, you won't hurt them by seeing them critically—just don't go on a road which is wrong, dishonest and does not harmonize with life. I have changed my mind many times, rearranged many values, but, what was left as an essential value, without which I cannot imagine my life, is the freedom of my conscience. I would like you, my little girl, to think about whether I was right.

Another value is work. I don't know which to assign the first place and which the second. Learn to love work! Any work, but one you have to know really and thoroughly. Then don't be afraid of any thing, and things will turn out well for you.

And don't forget about love in your life. I am not only thinking of the red blossom which one day will bloom in your heart, and you, if fate favors you, will find a similar one in the heart of another person with whose road yours will merge. I am thinking of love without which one cannot live happily. And don't ever crumble love—learn to give it whole and really. And learn to love precisely those who encourage love so little—then you won't usually make a mistake. My little girl Jana, when you will be choosing for whom your maiden heart shall burn and to whom to really give yourself remember your father.

I don't know if you will meet with such luck as I, I don't know if you will meet such a beautiful human being, but choose your ideal close to him. Perhaps you, my little one, have already begun to understand, and now perhaps you understand to the point of pain what we have lost in him. What I find hardest to bear is that I am also guilty of that loss.

Be conscious of the great love and sacrifice Pepik and Veruska are bringing you. You not only have to be grateful to them...you must help them build your common happiness positively, constructively. Always want to give them more for the good they do for you. Then perhaps you will be able to come to terms with their gentle goodness.

I heard from my legal representative that you are doing well in school, and that you want to continue...I was very pleased. But even if you would one day have to leave school and to work for your livelihood, don't stop learning and studying. If you really want to, you will reach your goal. I would have liked for you to become a medical doctor—you remember that we talked about it. Of course you will decide yourself and circumstances will, too. But if you stand one day in the traditional alma mater and carry home from graduation not only your doctor's diploma, but also the real ability to bring people relief as a doctor—then, my little girl...your mother will be immensely pleased...But your mother would only be...truly happy, no matter where you stand, whether at the operating table, at the...lathe, at your child's cradle or at the work table in your household, if you will do your work skillfully, honestly, happily and with your whole being. Then you will be successful in it. Don't be demanding in life, but have high goals. They are not exclusive of each other, for what I call demanding are those selfish notions and needs. Restrict them yourself. Realize that in view of the disaster and sorrow which happened to you, Vera, Pepicek, grandmother and grandfather...and many others will try to give you what they have and what they cannot afford. You should not only not ask them for it, but learn to be modest. If you become used to it, you will not be unhappy because of material things you don't have. You don't know how free one feels if one trains oneself in modesty...how he/she gets a head start over against the feeble and by how much one is safer and stronger. I really tried this out on myself And, if you can thus double your strength, you can set yourself courageous, high goals...Read much, and study languages. You will thereby broaden your life and multiply its content. There was a time in my life when I read voraciously, and then again times when work did not permit me to take a single book in my hand, apart from professional literature. That was a shame. Here in recent months I have been reading a lot, even books which probably would not interest me outside, but it is a big and important task to read everything valuable, or at least much that is. I shall write down for you at the end of this letter what I have read in recent months. I am sure you will think of me when you will be reading it.

And now also something for your body. I am glad that you are engaged in sports. Just do it systematically. I think that there should be rhythmic exercises, and if you have time, also some good, systematic gymnastics. And those quarter hours every morning! Believe me finally that it would save you a lot of annoyance about unfavorable proportions of your waist, if you could really do it. It is also good for the training of your will and perseverance. Also take care of your complexion regularly—I do not mean makeup, God forbid, but healthy daily care. And love your neck and feet as you do your face and lips. A brush has to be your good friend, every day, and not only for your hands and feet; use it on every little bit of your skin. Salicyl alcohol and Fennydin, that is enough for beauty, and then air and sun. But about that you will find better advisors than I am.

Your photograph showed me your new hairdo; it looks good, but isn't it a shame to hide your nice forehead? And that lady in the ball gown! Really, you looked lovely, but your mother's eye noticed one fault, which may be due to the way you were placed on the photograph—wasn't the neck opening a little deep for your sixteen years? I am sorry I did not see the photo of your new winter coat. Did you use the muff from your aunt as a fur collar? Don't primp, but whenever possible, dress carefully and neatly. And don't wear shoes until they arc run down at the heel! Are you wearing innersoles? And how is your thyroid gland? These questions don't, of course, require an answer, they are only meant as your mother's reminders.

In Leipzig in prison I read a book—the letters of Maria Theresa to her daughter Marie Antoinette. I was very much impressed with how this ruler showed herself to be practical and feminine in her advice to her daughter. It was a German original, and I don't remember the name of the author. If you ever see that book, remember that I made up my mind at that time that I would also write you such letters about my experiences and advice. Unfortunately I did not get beyond good intentions.

Janinko, please take good care of Grandfather Kral and Grandmother Horakova. Their old hearts now need the most consolation. Visit them often and let them tell you about your father's and mother's youth, so that you can preserve it in your mind for your children. In that way an individual becomes immortal, and we shall continue in you and in the others of your blood.

And one more thing—music. I believe that you will show your gratitude to Grandfather Horak for the piano which he gave you by practicing honestly, and that you will succeed in what Pepik wants so much, in accompanying him when he plays the violin or the viola. Please, do him that favor. I know that it would mean a lot to him, and it would be beautiful. And when you can play well together, play me the aria from Martha: "My rose, you bloom alone there on the hillside," and then: "Sleep my little prince" by Mozart, and then your father's favourite largo: " Under your window" by Chopin. You will play it for me, won't you? I shall always be listening to you.

Just one more thing: Choose your friends carefully. Among other things one is also very much determined by the people with whom one associates. Therefore choose very carefully. Be careful in everything and listen to the opinions of others about your girlfriends without being told. I shall never forget your charming letter (today I can tell you) which you once in the evening pinned to my pillow, to apologize when I caught you for the first time at the gate in the company of a girl and a boy. You explained to me at that time why it is necessary to have a gang. Have your gang, little girl, but of good and clean young people. And compete with each other in everything good. Only please don't confuse young people's springtime infatuation with real love. Do you understand me? If you don't, aunt Vera will h
elp you explain what I meant. And so, my only young daughter, little girl Jana, new life, my hope, my future forgiveness, live! Grasp life with both hands! Until my last breath I shall pray for your happiness, my dear child!

I kiss your hair, eyes and mouth, I stroke you and hold you in my arms (I really held you so little.) I shall always be with you. I am concluding by copying from memory the poem which your father composed for you in jail in 1940...

[There followed a poem written by her husband about the birth of their daughter, and a reading list.]


From: Letters of Note: I shall always be with you

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