11.2.10
Conversatorio: Constitucional la Ley 7: ¿un Supremo sin razones?
7.2.10
'de acuerdo a la orden de un juez'
'El desahucio se completó a cabalidad, de acuerdo a la orden de un juez: la acción violenta comenzó en la mañana; una aplanadora hubo de derribar la vivienda de madera antes de que anocheciera.
La orden legal se produjo a raíz de un caso presentado por el terrateniente Veremundo Quiñones, quien compró los terrenos que el dueño anterior le había cedido al padre de Adolfina y éste, a su vez, permitió que construyera su vivienda el pescador Carrasquillo luego de casarse con su hija'.
Lo que leyeron es parte del relato en el reportaje de hoy sobre uno de los desahucios más trágicos y recordados de nuestra historia, el de Adolfina Villanueva. El desahucio, ordenado por el tribunal y ejecutado de forma violenta, provocó la muerte de Adolfina Villanueva.
Como todos los años, conmemoramos este trágico momento en nuestra historia no sin recalcar que hay un mar de alternativas a considerar para lidiar con situaciones como esta y que la mirada hiper-formalista del Derecho y el esquema patrimonial protector de la propiedad, no permite considerarlas, con resultados horrendos como este.
Decretar un desahucio, en este caso, el de una familia que no tenía alternativas de hogar, sin que se miren las circunstancias que llevan a una familia como la de Adolfina a esa situación, fue errado. Fue un error socialmente, un error por parte del Estado y un error desde el Derecho mismo: lo fue en ese momento y lo sería hoy día. Hay demasiadas malas consecuencias, en este caso, la muerte de una mujer, por mencionar obviamente el saldo más trágico.
Ahora, imaginen una mirada hiper-formalista desde el Derecho, que no sepa atender con sensibilidad, respeto e ingenio -desde una concepción del Derecho más terapéutica, más contextual y menos formalista- que decrete un desahucio similar, que emita una orden de desahucio que como en el caso de Adolfina se deba 'cumplir a cabalidad' pero esta vez sobre 211 familias. Ese no es el Derecho ni el sistema legal que deberíamos tener, se queda trunco.
Yo diría que se espera más de nosotros como sociedad, que se espera más del Estado, y que se espera más, mucho más de los y las operadoras del Derecho, se espera -sobre todo de los jueces y juezas que tienen ante sí controversias como esta de Adolfina- miradas abarcadoras, inteligentes, capaz de darle la mejor de las atenciones a las controversias complejas que tienen ante sí....de lo contrario estamos destinados a repetir el trágico relato del caso de Adolfina, de conformarnos con un sistema legal y una sociedad que a lo máximo que aspira es a poder decir que 'se cumplió la orden del juez'.