En 1932, Harland Bartholomew, planificador estadounidense, visitó Puerto Rico y redactó un informe en el que recomendó que se organizara la planificación de San Juan y una planificación para la isla en general:
"Un plan urbano y regional para San Juan sería de gran valor en el presente para dirigir el desarrollo y lograr la comprensión debida de los reajustes más necesaios que habrán de emprenderse de tiempo en tiempo.
Pocas ciudades podrán beneficiarse más que San Juan con un plan de Zonificación. Esto resulta económicamente imperativo. En lugar de la inseguridad que existe ahora en las mentes de muchos propietarios, la zonificación daría una base firme sobre la cual podrían emprenderse planes más definitivos, ya sean privados o públicos, con mayor seguridad y de carácter permanente". (en R. Picó, 10 años de Planificación en Puerto Rico, 1952, pág. 11).
A diez años (1952) de aprobada la Ley de la Junta de Planificación (Ley de Planificacióm, Urbanización y Zonificación de Puerto Rico), Picó, quien había sido presidente de la Junta por esos 10 años, escribió:
"Es obvia la necesidad de planificar el desarrollo de nuestras ciudades. Los grupos cívicos que han tenido experiencia en problemas urbanos, han tenido que hacerle frente a las lacras que plagan todavía nuestras ciudades. Con excesiva frecuencia nos encontramos con urbanizaciones localizadas en sitios que distan mucho de ser residencias, urbanizaciones con calles estrechas, sin las debidas conexiones, pobremente pavimentadas, sin un parque para solaz y recreo de los niños que allí residen. Conozco un caso específico de una urbanización, construída antes de que existiera la Junta, en la cual ni siquiera se tomaron las debidas providencias necesarias para que los residentes tuvieran aprovisionamiento de agua. Después de largas privaciones, fue necesario rehacer el trabajo pagado por los residentes, quienes al comprar sus solares creyeron que obtenían todas las facilidades propias de una comunidad moderna." (pág. 18).
No. No se confundan. No es alguien que escribe a 2008, es una cita de Picó en 1952.