En una coincidencia inusitada entre los líderes carismáticos del Partido
Nuevo Progresista, la derecha estadista y líderes tradicionales de la izquierda
independentista, se llama a boicotear o no votar por el socialista democrático,
Bernie Sanders, en las primarias presidenciales del Partido Demócrata de los
Estados Unidos, a celebrarse en Puerto Rico el próximo 5 de junio. Se suman
estos a la élite política del Partido Popular Democrático, quienes, al igual
que los líderes del PNP, apoyan a Hillary Clinton. A todas luces, los y las
líderes tradicionales de las tres fuerzas políticas hacen un llamado al orden,
a obedecer la línea de partido, o a seguir las prácticas tradicionales basados
en principios ‘eternos,’ obviando así la coyuntura histórica y política que
contextualiza la práctica de todo principio ético.
Sin embargo, nos honran con sus quejas, pues demuestran que algo hacemos
bien y que se les va el monopolio político de las manos. Estas reacciones y
llamados al orden visibilizan las grietas de tres discursos y formas de
liderato que insisten en encuadrar la lucha por la justicia social (que incluye
la descolonización) en tres “fórmulas de estatus” dictadas de “arriba hacia
abajo” y con voz masculina. Otras fuerzas políticas se asoman, y van cuajando expresión
y fuerza. Las vimos en el teatro de la Universidad de Puerto Rico y las vemos
en las redes sociales y en la calle. Son herejes, y no titubean al momento de
sentarse a la mesa con estadistas, soberanistas o independentistas para luchar
en contra de la dictadura del capital financiero, a favor de la profundización
de la democracia, por los derechos de las mujeres, en contra del colonialismo y
el racismo, a favor de la comunidad LGBTTQ, en contra de la “codicia de la
clase millonaria”, como dice Bernie Sanders, en contra de Wall Street, y a
favor de los pobres y la clase trabajadora.
La campaña de Bernie Sanders llamó a un “political revolution” y le
tomamos la palabra. Nos sumamos a múltiples grupos y luchas para incluir las
nuestras, rompiendo así la hegemonía de los partidos y los líderes locales.
Preferimos la heterodoxia de la democracia ciudadana frente la ortodoxia que
imponen los partidos y movimientos encuadrados en fórmulas de estatus y
estructuras jerárquicas que no nos representan.
Llamamos a los que se entusiasman con la “political revolution” y la
candidatura de Bernie Sanders - independentistas, estadistas, soberanistas,
libreasociacionistas - a que salgan a votar y desobedezcan el llamado al orden
de los mismos de siempre. Agüemosle la fiesta Hillarista, y salgamos a ganar en
unas elecciones históricas que definirán, no solo una parte importante de las
condiciones sociales en los Estados Unidos y Puerto Rico, sino también el
mundo. Participemos de la reconfiguración del mapa político mundial. Contra el
neo-fascismo de Donald Trump, contra el neoliberalismo depredador de Hillary
Clinton, votemos por el socialismo democrático de Bernie Sanders. Que esta
elección primarista sea solo el comienzo de una plataforma heterodoxa y plural
para la politización ciudadana fuera de los dogmas de partido y enfocada en la
justicia social, aquí y ahora."