10-ABRIL-2009 | EDITORIAL DE EL NUEVO DÍA
Un fideicomiso en constante asedio
Cuando desde Cámara y Senado arrecian los intentos por desarticular el Fideicomiso de la Tierra, que es el corazón del Proyecto Enlace, dirigido a rehabilitar el Caño Martín Peña y sus comunidades, es que pueden existir intenciones secretas que el País debe rechazar.
No puede interpretarse de otro modo el Proyecto de la Cámara 1403, del representante novoprogresista José “Nuno” López Muñoz, que busca enmendar la Ley 489 mediante la cual son transferidas al Proyecto Enlace y, por ende, al Fideicomiso creado por ellos, las tierras de tenencia pública ubicadas en aquel importante sector.
Esa Ley 489 está destinada a proteger y auspiciar una de las iniciativas comunitarias de autogestión más valiosas que se han llevado a cabo en el País, que es precisamente la que rehabilita a las ocho comunidades del Caño Martín Peña, abriéndoles la posibilidad de una vida mejor, basada en principios cooperativos y de conservación ambiental.
El representante López intenta ahora que esa trasferencia de los terrenos públicos sea voluntaria, de modo que no conflija “con la legislación, reglamentación, programas, objetivos y la situación fiscal de la agencia pública de la que se trate”.
Esto les daría luz verde a las agencias para que pongan peros y eventualmente se nieguen a transferir los terrenos, utilizando la situación fiscal como excusa para poder especular con ellos.
Un golpe bajo que no se merecen ni las 30,000 familias del Caño Martín Peña, ni las comunidades de otros lares que ven este proyecto como ejemplo a imitar ni nadie en el País.
El Caño y sus terrenos aledaños, entre ellos la Península de Cantera, parecen ser una fruta demasiado apetecible, pues ya el año pasado, un proyecto similar fue aprobado por Cámara y Senado, y sólo la urgente movilización de ocho comunidades llenas de coraje, organizadas en el grupo G-8 y el posterior veto del Ejecutivo impidieron que se dañara todo lo bueno que se había hecho y lo que queda por hacer.
En aquel momento, el Proyecto de la Cámara 2177 -de los representantes Albita Rivera, Jorge Navarro, Francisco “Junior” González y Liza Fernández- naufragó en Fortaleza.
Pero es que, al igual que esos monstruos de las películas, que son abatidos y vuelven a levantarse, el Proyecto 2177 “revivió” en el Senado como P. del S. 365, presentado por el Presidente de ese Cuerpo, Thomas Rivera Schatz, y por la senadora Kimmey Raschke. Al del Senado se une ahora el de la Cámara 1403 -cuyas vistas públicas tendrán lugar la semana que viene-, una ofensiva en toda regla que levanta demasiadas suspicacias: deben tener otros planes para el Caño y la consigna es minar aquellos puntos fuertes que preservan la integridad de la zona esto es, el Fideicomiso de la Tierra.
Coherentes con nuestra línea de apoyo a la rehabilitación del Caño Martín Peña, esperamos que los legisladores rectifiquen, y que el gobernador Fortuño haga buena su promesa de respetar y proteger los esfuerzos de la Corporación Proyecto Enlace, un proyecto comunitario estratégico que con esfuerzo e integración ha logrado para su entorno un Plan de Uso de Terreno (PUT), algo que el Gobierno no ha logrado diseñar para el País.
El Caño es parte del Estuario de la Bahía, parte fundamental de la ciudad, y parte de un compromiso vital con las generaciones futuras.