11-OCTUBRE-2009 | MAYRA MONTERO
Antes que llegue el lunes
Adelante
Ahora amenazan con el Patriot Act. Amenazan con mandar a los manifestantes a Guantánamo. Y estamos empezando. ¿Qué más tendremos que oír de aquí al jueves, o de aquí a fin de año? ¿Nos contarán que tienen confidencias de que unos subversivos atacarán unas torres de televisión?
No sé si soy yo sola, pero tengo en la boca esa arenilla, el oscuro regusto del Cerro Maravilla. Como si no hubiera bastante incertidumbre en la calle, como si no tuviéramos suficientes masacres y asaltos y crímenes por causa del narcotráfico, un fantasma empieza a recorrer el País: el fantasma de la represión de Estado. La palabra terroristas no se ha colado por casualidad en el discurso de un hombre que, a las pocas horas de ocupar la Secretaría de la Gobernación, adopta esos aires de reyezuelo herido. Sólo le falta la casaca, pueden cerrar los ojos: casaca y sable.
Lo que se está oyendo mete miedo. No por el contenido de las amenazas, las medidas que dicen que van a tomar, esas advertencias a los camioneros de que los arrestarán, de que les quitarán no sé qué licencia federal que les permite entrar a los muelles. A los muelles de su país, que conste. De su país país.
¿No es ese el caldo de cultivo que empezó a hervir hace treinta y pico de años, y que tuvo como resultado una “lección ejemplar” en la fecha oportuna, o sea, un escarmiento con sangre para que los demás cogieran miedo?
El problema es que lo saben. La cúpula que nos gobierna viaja, no es que lean mucho los periódicos, pero algo leerán cuando están de visita en las grandes capitales del mundo. Saben que los paros nacionales, los de camioneros, los que se llevan a cabo en los aeropuertos de otros países y que interrumpen el tráfico aéreo, todas esas protestas que se convocan por diferentes motivos, anulan servicios, detienen el tráfico y llegan a paralizar ciudades. Las protestas son instrumentos de presión, pero si nadie se siente presionado, ¿cuál es el uso?
Ahora amenazan con el Patriot Act. Amenazan con mandar a los manifestantes a Guantánamo para que les achuchen a los perros. Todos encadenados con uniformes color de zanahoria hervida. Y estamos empezando. ¿Qué más tendremos que oír de aquí al jueves, o de aquí a fin de año? ¿Nos contarán que tienen confidencias de que unos subversivos atacarán unas torres de televisión?
La consigna, allá arriba, es que este es un balón de prueba. Se han propuesto controlar este primer estallido, porque de eso dependen las movidas futuras, los proyectos que tienen, mucho más graves y abarcadores que los despidos de hoy.
Y ante eso, ante la incertidumbre, se impone una respuesta como la de Kierkegaard: “La vida sólo se puede entender mirando hacia atrás, pero se debe vivir mirando hacia adelante”.