Mensaje del Comité Negociador Nacional de estudiantes del sistema UPR:
Amigo y amiga estudiante, hemos andado juntos bajo el sol y la lluvia por más de 30 días, guiados en esta intensa jornada por algo justo, sencillo y razonable: la defensa de nuestra educación pública universitaria.
Te hablamos a ti también, madre y padre, trabajador y trabajadora, ciudadano y ciudadana, en fin, a todo el pueblo de Puerto Rico. Les decimos que ha sido un camino largo, intenso y difícil porque el Presidente De la Torre y la Presidenta de la Junta de Síndicos, Ygrí Rivera, han hecho todo lo posible por evitar el diálogo abierto, entorpecer el proceso de negociación, y rechazar nuestros reclamos. Tanta ha sido su intransigencia y su mala fe, que han llegado al punto de recurrir a la mentira, la difamación y la violencia.
A pesar de todo eso y gracias al apoyo de la comunidad estudiantil, nos hemos mantenido firmes en nuestra encomienda de hacer valer los mandatos de cada una de nuestras asambleas. Asambleas democráticas que representan el sentir mayoritario de nuestra comunidad. Reclamos tan contundentes que se han ratificado una y otra vez. Reclamos que afectan a estudiantes, profesores y profesoras, empleados y empleadas en los 11 recintos. En fin, reclamos que si no se atienden, la UPR sin duda sería otra universidad.
Por eso hemos insistido en sentarnos a negociar, y queremos seguir negociando. Nuestros reclamos han sido los mismos desde le primer día.
El primer reclamo ha sido la derogación de la Certificación 98 – un documento que de implementarse como estaba, le hubiese arrebatado el beneficio de la exención de matrícula a estudiantes que representan un valor incalculable para nuestra universidad. Hoy, le podemos informar que hemos rescatado el derecho de estos estudiantes, y la aportación que hacen a la universidad, logrando que la Junta de Síndicos se comprometa a garantizar nuestros acuerdos. Aún falta lo esencial - que la Junta de Síndicos lo certifique y cumpla con su palabra.
Como segundo reclamo exigimos que no se continuara la política de privatización en el sistema de la UPR. Específicamente, exigimos una garantía de que no se privatizaría ningún recinto mediante enajenación ni Alianza Público Privada. Logramos que la Junta de Síndicos se comprometiera a no utilizar la Ley de Alianzas Público Privadas de 2009 y proteger así el patrimonio universitario. Pero falta que lo garantice mediante certificación y cumplan con su palabra.
El tercer reclamo es de los más preocupantes, y se ha convertido en la verdadera amenaza de este proceso; este es el alza en los costos de estudio, ya sea por un alza directa a la matrícula o la imposición de una nueva cuota para todos y todas – no en un futuro lejano, sino ahora, este próximo agosto. Cada reunión nos confirma que la administración universitaria tiene toda la intención de poner el peso de esta crisis sobre los hombros de los y las estudiantes y sus familias.
Esto representaría un peso adicional a los aumentos de 33% en el 2005, 12% en el 2007 y el 4% anual desde el mismo año, que pagará todo el estudiantado de nuevo ingreso hasta el 2016.
Es importante que ustedes sepan, que como parte de ese aumento escalonado, la administración se comprometió contigo, estudiante, a no subirte más la matrícula durante los años en que deberías culminar tu grado. Así te lo garantizó la Junta de Sindicos en la Certificación 60. Así lo garantizó la administración en una carta que te enviaron el 28 de junio de 2007 . Así lo garantizó la presidenta de la Junta de Síndicos, Ygrí Rivera, en una carta de abril de 2009 a la coordinadora de los fondos ARRA, donde dice, y cito: “aumentar el costo de la matrícula no es una opción viable” y “no resolvería la situación”.
Pero más preocupante aún, es que se suponía que esos fondos ARRA se usarán para evitar la imposición de cualquier medida que afectara tu capacidad de seguir estudiando.
Al día de hoy, en la mesa de negociación, la administración se rehúsa a garantizar este compromiso. Por el contrario, hablan de un aumento, disfrazado de cuota especial, que podría llegar hasta los mil trescientos dólares. Por eso, le exigimos a la Junta de Síndicos una garantía de que no habrá otro aumento.
Estos tres reclamos anteriores se desprenden del enorme problema presupuestario por el que atraviesa la Universidad. Los mismos administradores han reconocido su incapacidad de cobrar los mas de 300 millones de dólares que le adeudan a la UPR y que junto a la Ley 7 son la base del déficit. Hay que preguntarse entonces, ¿quien debería pagar por esta irresponsabilidad de la administración? ¿Nosotros, con un alza en la matrícula para pagar prestamos y deudas? ¿Con la pérdida de nuestros recintos?
Como último reclamo, proponemos que no se sancione a ningún estudiante. Defender la educación pública superior no es un delito y penalizar a los miles de estudiantes que lo hemos hecho durante todo este largo proceso sería una acción injusta. ¿Por qué injusta? Por que ustedes saben que esta huelga se ha caracterizado por ser un espacio creativo, distinto y pacífico: hemos pintado aceras y murales, hemos creado huertos y emisoras radiales, hemos hecho obras teatrales en la calle y ante las persistentes amenazas de la bota y la macana respondimos con canciones y flores.
¿Cómo sancionar la siembra de árboles, la limpieza de las áreas verdes, la música y el arte? Pero principalmente, ¿cómo sancionar la defensa de una educación pública para todos ustedes, Pueblo de Puerto Rico? No se puede.
Con estos reclamos en proceso de negociación y su solidaridad, estamos impulsando aquello que reclamamos desde un principio: una Universidad donde se garantice la excelencia y accesibilidad de nuestra educación. Nosotros los y las estudiantes somos la esencia de la Universidad, aquella que es tuya, de tu familia, de todo Puerto Rico.
Le corresponde ahora a la Junta de Síndicos asumir su responsabilidad histórica y terminar lo que han comenzado: la negociación.
La negociación con los que representamos a los 64,511 estudiantes.
La negociación para certificar los acuerdos sobre las exenciones.
La negociación para certificar la prohibición de privatizar los recintos.
La negociación para garantizar que no se aumentaran más los costos de estudio.
La negociación para que no se penalice el derecho a defender la educación pública universitaria que pagamos todos y que te pertenece a ti.
Cuando esto se logre nadie habrá perdido, todos habremos ganado y la Universidad seguirá siendo nuestra, del Pueblo de Puerto Rico.
¡11 recintos, una UPR!