15.1.13

La fuerza de gravedad en la academia jurídica

¿Cuánto de la fuerza de gravedad del Derecho puede desafiarse desde la academia jurídica?

En su capítulo sobre la dificultad del disenso desde la academia jurídica, Richard Pildes* discute la importancia social de que quienes se ubican desde la academia jurídica cuenten con una libertad crítica robusta, lo que, entre otras cosas, es la justificación principal para contar con permanencia y un ámbito amplio de libertad académica. Eso, dice, forma parte de la protección de la crítica en una sociedad democrática. De hecho, Pildes identifica el espacio de la academia jurídica como el principal (al menos en el contexto de EEUU) desde el cual hacer una mirada crítica a los diseños institucionales, a la política pública y al andamiaje jurídico, y para lanzar cuestionamientos a los puntos de vista dominantes y ortodoxos. 

Sin embargo, señala Pildes, lo anterior se dificulta por la relación estrecha que tiene la academia jurídica con el poder. Pildes expone varios asuntos que dificultan la crítica y el disenso necesario desde la academia jurídica. Reseño y comento algunos puntos: 

-La idea del expertise jurídico y profesional- En muchas ocasiones esos mismos académicos del Derecho son 'los expertos' que a su vez recomiendan o diseñan las políticas públicas y los arreglos institucionales. Evidentemente, esto tiene implicaciones sobre el quehacer académico e intelectual en el ámbito jurídico.

El autor discute la importancia de que expertise jurídico también funcione para ejercer la disidencia y convertirse en una voz crítica. Esto último está innegablemente limitado por los espacios profesionales desde donde el o la académica del Derecho ejerce la profesión, si la ejerce, y las relaciones de poder que sirven de escenario en ese ejercicio profesional. 

En efecto, el expertise jurídico es después de todo, un asunto innegable e importante para una disidencia robusta de ese quehacer y útil desde otros ámbitos de la vida social. Yo añadiría que conocer la lógica del pensamiento jurídico es sin duda parte vital para una voz fuerte desde ese ámbito pues el Derecho es una de las fuentes de autoridad, poder y legitimación de discursos y productor de verdades. No obstante, por lo mismo, para el o la académica del Derecho es importante poder identificar cuándo se actúa desde la lógica interna de autoridad de ese expertise jurídico y reconocer cuando éste interfiere con otras formas de concebir y pautar la discusión y la razón pública.

-Asesorías y Representación-  Para acercarnos al Derecho como un área del saber hay que hacer una distinción importante: la academia jurídica tiene una dimensión profesional. Mientras más comprometidos están los académicos del Derecho en el ámbito de la profesión, es decir, en su ejercicio, más oportunidad tienen de influenciar en la toma de decisiones pero más cerca están del poder y por ende, más lejos de cuestionarlo e incomodarlo. Esto es particularmente así en circunstancias en que profesores y profesoras de Derecho llevan una práctica de litigio constante y por ende, presentan recursos ante los tribunales, cuentan con contratos de asesoría y representan a sectores ya sea del gobierno o privados. 

-Nombramientos públicos, partidos políticos o asesoría en estos ámbitos- Muchos académicos del Derecho se ubican, además, como parte de la asesoría o candidaturas de partidos políticos y en puestos públicos.  Aunque evidentemente, contar con estas experiencias podría beneficiar la academia y enriquecerla con experiencias y diversidad en el quehacer académico-jurídico, la continuidad de esa práctica a la par del quehacer académico, limita el ámbito y alcance del ejercicio crítico y compromete parte de la expresión de la disidencia en el ámbito público y del quehacer crítico intelectual. 

-Expectativas y exigencias utilitaristas- Aunque el autor lo menciona muy somera y tácitamente, es un asunto que merece un tratamiento especial en otro momento: se trata de la concepción del académico del derecho como experto o experta que diagnostica problemas y emite soluciones y recomendaciones (e.g. ¿Qué dice la ley? ¿Qué dice la Constitución?). Esta premisa, muy imbricada dentro y fuera de la academia, diseña y presume el quehacer desde la academia jurídica más hacia la figura del abogado o la abogada experta que hacia el ejercicio intelectual de pensar el Derecho en todas sus facetas e imaginarios. En lugar del académico o académica que desafía la fuerza de gravedad misma del Derecho, el tipo de quehacer que se espera, en general, es uno "útil", pragmático, normativo, en su mayoría, lo que en gran parte lo o la mantiene como una figura de validación, con alguna capacidad crítica y cuestionadora, pero ciertamente limitada a los confines del imaginario estructural del Derecho y a su lógica y caída interna. Esto habría que discutirlo con más detalle y cuidado.

*Richard Pildes, "The Difficulty of Dissent" en Austin Sarat (ed), Dissenting Voices in American Society: The Role of judges, lawyers and citizens

Critical Intellectuals: "How can we detect these distortions?"

Seguimos con las perspectivas sobre el/la intelectual crítico/a y la figura del experto/a (Me interesa acercar esta discusión al ámbito del Derecho pero navegamos primero en el tema en sus anchas. Hay mucho que se discute sobre esto en el ámbito contemporáneo). 

Esta vez dejamos por aquí lo que Slavoj Zizek dijo sobre el particular en una conferencia en Londres el 1ro de julio de 2011 (disponible en Intelligence Squared):

"We (critical intellectuals) are rendering visible how society undermines its own basic premises. Our task is to do this. It is not even enough for a critical intellectual to say "Ohhh Communism was a noble idea and it was a simple contingent misapplication what they did to it in the Stalinist Soviet Union". Critical intellectuals should demonstrate how the distortion of a notion of a noble idea, its falsification, its misinterpretation is somehow grounded in its idea itself.

How can we detect these distortions?...

What we need is Kant's notion of "the public use of reason" as opposed to "the private use of reason".

For Kant it is not simply public talk and so on, no. Religion, law, state institutions, they all subordinate public reason to some kind of pre-established reason. For Kant public reason is the use of reason subtracted by authority and hierarchy where you can freely deploy all the consequences and so on."

Más adelante Zizek pasa a criticar los cambios más recientes en el mundo universitario y cómo se concibe la Universidad, particularmente criticó duramente la noción del espacio universitario como una fábrica de producción de expertos, para luego distinguir entre esa noción de expertos y lo que para él sería el eje principal de la vida intelectual (Foucault también hace esta distinción y traza su genealogía, lo que compartiremos en otro post):

"What is intellectual life?. A true intellectual does not resolve problems posed by others. The first step for intellectual work is precisely to reflect on the problem itself; what if the way we perceive the problem is already part of the problem? What if the way we spontaneously construct the problem (is part of the problem)?" 

13.1.13

Las portadoras de malas noticias (el intelectual público en el Derecho).

¿Qué decir de la intelectual pública en el ámbito del Derecho? Comenzamos con esta cita:

«[E]s trabajo del intelectual público ser el portador de malas noticias – no de cinismo – pero de verdades difíciles que atraviesan las líneas de afiliación política y entusiasmo, que pueda ponernos en contra de aquellos con los cuales preferiríamos estar en armonía, y que pueda, de tiempo en tiempo, dar municiones a aquellos que preferiríamos ver desarmados.»  Lo que es sorprendente en el presente contexto es lo remota que es esta definición de la auto-concepción del abogado – cuan inadecuados son entonces la mayoría de los abogados, incluso los abogados académicos, para jugar el rol del intelectual público.”

-R. Posner en Public Intellectuals: A Study in Decline (Harvard University Press, Cambridge, Mass. pág. 17 (2001), página 386, citando a Jean Bethke Elshtain, “Comments on the Public Intellectual for Celebration of 50th Anniversary of Basic Books”.

7.1.13

Las publicaciones en 'lo jurídico'


Estoy dedicada en estos días a pensar y escribir sobre la importancia del pensamiento jurídico, en específico, la crítica y el disenso desde la Academia. En un artículo que me compartió el querido amigo y colega Hiram Meléndez, el autor señala varios asuntos que dificultan el ejercicio de la libertad académica en la academia jurídica y particularmente la posibilidad de disentir rigurosamente desde allí, asunto tan importante para cualquier democracia. Más adelante prepararé un resumen de estos elementos, todos relacionados al tema del vínculo de la academia jurídica con el poder. 
Por ahora me interesa el asunto de las publicaciones, en tanto recientemente, con motivo de nuestro Librog, conversábamos sobre el momento de cambio, quizás estructural, en el que nos encontramos respecto a la legitimidad y autoridad de nuevas publicaciones y nuevos formatos en la academia jurídica. También me interesa el tema de las publicaciones jurídicas y su enfoque (en enfoques prevalentes) porque estoy escribiendo un artículo con motivo del Centenario de la Escuela precisamente sobre este tema. El autor de este capítulo, discutiendo lo que identifica, diría yo como un enfoque hiper-normativo e hiper-empiricista, en el tipo de publicaciones de las revistas jurídicas, hace el siguiente señalamiento, que comparto porque me gustaría contar con  sus puntos de vista sobre esto, sobre todo de aquellos que han publicado en revistas jurídicas y mucho más de quienes han formado parte de las juntas editoras.

Dejo el fragmento y agradecería mucho sus comentarios!:

"The overwhelming majority of the sutdents on law reviews will go on to practical careers in private practice, in government, or in non-governmental organizations. To the extent that "normal" legal scholarship is already overwhelmingly normative, as it is, these students are likely to believe that this is the "correct" approach to legal scholarship; they will choose and edit articles to push in this normative direction. I speak form personal experience on this point: student journal editors often say: This article and research are all very interesting, but what recommendations follow from it?". 

(Richard Pildes, "The Difficulty of Dissent" en Austin Sarat (ed), Dissenting Voices in American Society: The Role of judges, lawyers and citizens)

29.12.12

Carmen Guerrero, para un "deber ser" gubernamental

A partir de enero de 2013 el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales contará con una nueva Secretaria: Carmen Guerrero Pérez. No hay forma de hacer un buen análisis si no se mira atrás unas cuantas décadas y se examina la trayectoria tanto de Carmen como del contexto de controversias y movimientos sociales en el eje medioambiental en Puerto Rico. El asunto puramente partidista me interesa menos, los grupos de interés que han dictado la agenda mucho más. Digamos esto por ahora: Además del mérito y la respectiva preparación y experiencia, ocupar una secretaría de gabinete implica, entre otras cosas, implantar y fomentar la política pública de la agencia y velar por que su Ley Orgánica se cumpla, ser la voz de esa política pública en la Rama Ejecutiva y ante el Gobernador, reconocer a los sectores y grupos de interés y saber aglutinar fuerzas y energías en la agencia para que funcione. 

Para esto  se necesita tener claro lo que significa hoy día ser una funcionaria pública (el deber ser del servicio público) saber escuchar, tener liderato -sin que eso implique arbitrariedad- y tener un compromiso genuino con el bienestar común y el interés público, todos conceptos muy maltrechos y que necesitan reivindicación. Quizás lo más que necesita reivindicación en estos momentos es el sentido de confianza, la sensación de que al mando de esa institución gubernamental, hay alguien verdaderamente íntegro, capaz de apalabrar con firmeza las necesidades del país y que pueda sentirse que esa persona nos representa. Y ese sentido de confianza no se busca en aras de descansar en el ejercer ciudadanía, sino para la posibilidad de ejercerla aún mejor y más efectivamente.

Carmen Guerrero Pérez para mí reúne estas características y puedo decir desde este blog, que siento que ella, su voz allí, representa un nos del cual me siento parte. Pero mejor aún, sus oídos allí, representan la posibilidad de disentir y ella cuenta con la inteligencia y sensibilidad de saber escuchar. Tanto lo primero, como lo segundo son importantes. Carmen, voz y oídos, corazón e inteligencia, marcan un nuevo ciclo de quehaceres intensos, al menos en la política pública ambiental. No hay que dejarla sola, al contrario, hay que ejercer la ciudadanía aún más intensamente.

13.12.12

Regala el comienzo de una conversación, regala "Derecho al Derecho"!

En estos días de fiesta, si vas a hacer un regalo, regala el comienzo de una conversación importante para nuestro país y para nuestro mundo de vida  común. Pensemos juntos en nuestras instituciones jurídico-políticas, en el estado de nuestro acceso a la reivindicación de los derechos. 

Regala esta nueva publicación Derecho al Derecho: intersticios y grietas del poder judicial en Puerto Rico y con este regalo amplía la gama y pluralidad de los y las participantes en este proyecto-conversación. Derecho al Derecho está disponible en:


-Librería Mágica (Río Piedras)
-Norberto González (Río Piedras)
-Tertulia Viejo San Juan
-Libros AC (Santurce)
-Escuela Derecho UPR (UPR-Río Piedras)
-Bibliográficas
-Coop Inter Metro
-Universidad Católica Ponce
-Página Web de EEE
-Amazon

Derecho al derecho: intersticios y grietas del poder judicial en Puerto Rico es una invitación audaz al diálogo sobre lo jurídico y a la participación activa de la ciudadanía en ese esfuerzo. El sistema judicial en Puerto Rico ha sido secuestrado, nos advierte. Es preciso rescatarlo de la del contubernio político-partidista y traerlo a la esfera del debate público crítico. Es urgente que cada persona ejerza su ciudadanía en la esfera del poder judicial no solo reclamando cuentas y exigiendo decisiones razonadas y ponderadas, sino siendo sujetos de la esfera judicial dialógica que es posible en las mejores democracias.



El espacio digital (www.derechoalderecho.org) y las comunidades que propicia son el pretexto para una apuesta por la construcción de la esfera jurídica en Puerto Rico desde todas las esquinas. La Rama Judicial –compuesta por abogadas/os y juezas/ces en su mayoría– debe estar atenta a la ciudadanía y a la academia jurídica para poder descargar sus gestiones responsable y justamente. Pero, sobre todo, para ajustarse a la vanguardia de los tiempos y traslucir su voluntad por un mejor país.



Érika e Hiram se dan a la tarea de iniciar estos diálogos –en la mejor tradición socrática–, sin dejar a nadie fuera de la convocatoria. Esta tertulia es para los oponentes y para los simpatizantes del estado actual del poder judicial en el país. Es para los estudiantes y los profesores. Es para el experto y el aficionado del Derecho. Es para ti, lectora y lector que reclamas una ciudadanía participativa todos los días.


Derecho al derecho… es una apuesta por la democratización radical de lo jurídico y, a la vez, es una crítica aguda y firme sobre la realidad actual del poder judicial, tan distante del ideal al que se aspira. El punto final, es el comienzo de una historia contemporánea del derecho en nuestro entorno jurídico y un punto suspensivo en espera de otros diálogos por venir.
 — with Editora Educación Emergente.

12.12.12

La configuración de un arte de la vida


"Sigo leyendo a Bennett, y reconozco en él cada vez más a un hombre no sólo cuya actitud es actualmente similar a la mía, sino que además sirve para reforzarla: un hombre en realidad en el que una absoluta falta de ilusiones y una desconfianza radical respecto al curso del mundo no conducen ni al fanatismo moral ni a la amargura, sino a la configuración de un arte de la vida extremadamente astuto, inteligente y refinado que le lleva a sacar de su propio infortunio oportunidades y de su propia vileza algunos de los comportamientos decentes que competen a la vida humana".


Le escribe Walter Benjamin a Jula Radt, en sus Cartas de Ibiza.

8.12.12

The venture into the public realm (H. Arendt)


Gaus:

Permit me a last question. In a tribute to Jaspers you said: “Humanity is never acquired in solitude, and never by giving one’s work to the public. It can be achieved only by one who has thrown his life and his person into ‘the venture into the public realm’”. This ‘venture into the public realm’ -which is a quotation from Jaspers- what does it mean for Hannah Arendt?.

Arendt:

The venture into the public realm seems clear to me. One exposes oneself to the light of the public, as a person. Although I am of the opinion that one must not appear and act in public self-consciously, still I know that in every action the person is expressed as in no other human activity. Speaking is also a form of action. That is one venture. The other is: we start something. We weave our strand into a network of relations. What comes of it we never know. We’ve all been taught to say: Lord forgive them, for they not know what they do. That is true of all action. Quite simply and concretely true, because one cannot know. That is what is meant by a venture. And now I would say that this venture is only possible when there is trust in people. A trust –which is difficult to formulate but fundamental—in what is human in all people. Otherwise such a venture could not be made.” (1964).

Hannah Arendt, Essays in Understanding (1994), pp. 22-23.

4.12.12

Encuentro de Derechos Humanos 2012


Encuentro de Derechos Humanos 2012 (por la Excarcelación de Oscar López Rivera, dedicado a la Memoria de Juan Santiago Nieves)
7 al 10 dic en la Universidad del Sagrado Corazon

Pulsa para el Programa y más detalles.

3.12.12

Prejudice Against Politics


Prejudice Against Politics and What, In Fact, Politics is Today.

Any talk of politics in our time has to begin with those prejudices that all of us who aren’t professional politicians have against politics. Our shared prejudices are themselves political in the broadest sense. They do not originate in the arrogance of the educated, are not the result of the cynicism of those who have seen too much and understood too little. Because prejudices crop up in our own thinking, we cannot ignore them, and since they refer to undeniable realities and faithfully reflect our current situation precisely in its political aspects, we cannot silence them with arguments. These prejudices, however, are not judgments. They indicate that we have stumbled into a situation in which we do not know, or do not yet know, how to function in just such political terms. The danger is that politics may vanish entirely from the world. Our prejudices invade our thoughts; they throw the baby out with the bathwater, confuse politics with what would put an end to politics and present that very catastrophe as if it we inherent in the nature of things and thus inevitable.

Underlying our prejudices against politics today are hope and fear: the fear that the humanity could destroy itself through politics and through the means of force now at its disposal, and linked with this fear, the hope that humanity will come to its senses and rid the world, not of humankind, but of politics. It could do so through a world government that transforms the state into an administrative machine, resolve political conflicts bureaucratically, and replaces armies with police forces. If politics is defined in its usual sense, as a relationship between the rulers and the ruled, this hope is, of course, purely utopian. In taking this point of view, we would end up not with the abolition of politics, but with a despotism of massive proportions in which the abyss separating the rulers from the ruled would be so gigantic that any sort of rebellion would no longer be possible, not to mention any form of control of the rulers by the ruled. The fact that no individual ---no despot, per se--- could be identified within this world government would in no way change its despotic character. Bureaucratic rule, the anonymous of the bureaucrat, is no less despotic because “nobody” exercises it. On the contrary, it is more fearsome still, because no one can speak with or petition this “nobody”.”

-Hannah Arendt, “Introduction into Politics”, in The Promise of Politics (Shocken Books, NY, 2005), pp.  96-97.

2.12.12

Carta de Agamben a Arendt


"I am a young writer and essayist for whom discovering your books last year has represented a decisive experience. May I express here my gratitude to you, and that of those who, along with me, in the gap between past and future, feel all the urgency of working in the direction you pointed out."

-Fragmento de una carta de Giorgio Agamben a Hannah Arendt en 1970, cuando el primero tenía 26 años. Tomado de Vivian Liska, "A Lawless Legacy: Hannah Arendt and Giorgio Agamben", en M. Goldoni and C. McCorkindale, Hannah Arendt and the Law (2012) p. 80.

26.11.12

Ten theses on Politics (J. Ranciere)


Thesis 1:

Politics is not the exercise of power. Politics ought to be defined on its own terms, as a mode of acting put into practice by a specific kind of subject and deriving from a particular form of reason. It is the political relationship that allows one to think the possibility of a political subject(ivity) [le sujet politique],3 not the other way around.

Thesis 2:

What is proper to politics is the existence of a subject defined by its participation in contrarieties. Politics is a paradoxical form of action.

Thesis 3:

Politics is a specific rupture in the logic of arche. It does not simply presuppose the rupture of the 'normal' distribution of  positions  between  the  one  who exercises  power and  the one subject to it. It also requires a rupture in the idea that there are dispositions 'proper' to such classifications.

Thesis 4:

Democracy is not a political regime. Insofar as it is a rupture in the logic of arche - that is, in the anticipation of rule in the disposition for it - democracy is the regime of politics in the form of a relationship defining a specific subject.

Thesis 5:

The 'people' that is the subject of democracy - and thus the principal subject of politics - is not the collection of members in a community, or the laboring classes of the population. It is the supplementary part, in relation to any counting of parts of the population that makes it possible to identify 'the part of those who have no-part'[le compte des incomptés]8  with the whole of the community.

Thesis 6:

If politics is the outline of a vanishing difference, with the distribution of social parts and
shares,  then  it  follows that  its  existence is  in  no  way  necessary,  but  that  it  occurs  as  a provisional accident in the history of the forms of domination. It also follows from this that political litigiousness has as its essential object the very existence of politics.

Thesis 7:

Politics is specifically opposed to the police. The police is a ‘partition of the sensible’ [le partage du sensible] whose principle is the absence of a void and of a supplement.

Thesis 8:

The principal function of politics is the configuration of its proper space. It is to disclose the world of its subjects and its operations.  The essence of politics is  the  manifestation  of dissensus, as the presence of two worlds in one.12

Thesis 9:

Inasmuch as what is proper to 'political philosophy' is to ground political action in a specific mode of being, so is it the case that 'political philosophy' effaces the litigiousness constitutive of politics. It is in its very description of the world of politics that philosophy effects this effacement. Moreover, its effectiveness is perpetuated through to the non-philosophical or anti-philosophical description of the world.

Thesis 10:

The 'end of politics' and the 'return of politics' are two complementary ways of cancelling out politics in the simple relationship between a  state  of  the  social  and  a  state  of  statist apparatuses. 'Consensus' is the vulgar name given to this cancellation.

Fragmentos de: Jacques Ranciere “Ten theses on politics’ in 5(3) [2001] Theory and Event pp 1-10.

25.11.12

Rosa Luxemburgo

Hace más de un año, presencié un panel de discusión sobre los movimientos sociales globales, el análisis de la primavera árabe, la crisis del capitalismo global, entre otros temas. Integraban el panel Slavoj Zizek, Etienne Balibar, Costas Douzinas y Drucilla Cornell. Como suelo hacer, tomé notas y luego me llamó la atención la mucha insistencia de Drucilla Cornell en la necesidad de, ahora más que nunca, decía, retomar el pensamiento de Rosa Luxemburgo. A un año y medio de eso, Rosa Luxemburgo y su pensamiento reaparecen en la genealogía que estoy trazando sobre la relación Derecho y "lo político". Hace unos días vi la película de Margarethe von Trotta sobre ella (Rosa Luxemburg, 1986) y la semana pasada pasé horas largas en un piso de la biblioteca dedicado a estudios Soviéticos e historia rusa. Cientos de libros, genialidad de fuentes bibliográficas, sus cartas mientras estuvo en prisión. Tanto ahí.

No escuchada, olvidada y ninguneada por los 'suyos' por mucho tiempo, esta mujer y su pensamiento son hoy revisitados, y sus cartas, historias y debates principales en los adentros del socialismo, objeto de análisis minuicioso. Hoy, en el día de no más violencia contra la mujer, comparto este fragmento escrito por otra grande del Siglo XX, Hannah Arendt. Arendt, en Men in Dark Times, comenta una biografía de Rosa Luxemburgo y nos da luz sobre los detalles de su vida y obra. En este fragmento Arendt resume sus discrepancias con Lenin. 

Porque el olvido y la invisibilidad de las mujeres y su pensamiento también es violencia. Salud!.

"The second point was the source of her disagreements with Lenin during the First World War; the first of her criticism of Lenin's tactics in the Russian Revolution of 1918. For she refused categorically, from beginning to end, to see in the war anything but the most terrible disaster, no matter what its eventual outcome; the price in human lives, especially in proletarian lives, was too high in any event. Moreover, it would have gone against her grain to look upon revolution as the profiteer of war and massacre-something which didn't bother Lenin in the least. And with respect to the issue of organization, she did not believe in a victory in which the people at large had no part and no voice; so little, indeed, did she believe in holding power at any price that she "was far more afraid of a deformed revolution than an unsuccessful one"-this was, in fact, "the major difference between her" and the Bolsheviks. And haven't events proved her right? Isn't the history of the Soviet Union one long demonstration of the frightful dangers of "deformed revolutions"? Hasn't the "moral collapse" which she foresaw-without, of course, foreseeing the open criminality of Lenin's successor-done more harm to the cause of revolution as she understood it than "any and every political defeat . . . in honest struggle against superior forces and in the teeth of the historical situation" could possibly have done? Wasn't it true that Lenin was "completely mistaken" in the means he employed, that the only way to salvation was the "school of public life itself, the most unlimited, the broadest democracy and public opinion," and that terror "demoralized" everybody and destroyed everything?

She did not live long enough to see how right she had been and to watch the terrible and terribly swift moral deterioration of the Communist parties, the direct offspring of the Russian Revolution, throughout the world. Nor for that matter did Lenin, who despite all his mistakes still had more in common with the original peer group than with anybody who came after him. This became manifest when Paul Levi, the successor of Leo Jogiches in the leadership of the Spartakusbund, three years after Rosa Luxemburg's death, published her remarks on the Russian Revolution just quoted, which she had written in 1918 "only for you" -that is, without intending publication.10 "It was a moment of considerable embarrassment' for both the German and Russian parties, and Lenin could be forgiven had he answered sharply and immoderately. Instead, he wrote: 'We answer with . . . a good old Russian fable: an eagle can sometimes fly lower than a chicken, but a chicken can never rise to the same heights as an eagle. Rosa Luxemburg ... in spite of [her] mistakes . . . was and is an eagle." He then went on to demand publication of "her biography and the complete edition of her works," unpurged of "error," and chided the German comrades for their "incredible" negligence in this duty. This was in 1922. Three years later, Lenin's successors had decided to "Bolshevize" the German Communist Party and therefore ordered a "specific onslaught on Rosa Luxemburg's whole legacy." The task was accepted with joy by a young member named Ruth Fischer, who had just arrived from Vienna. She told the German comrades that Rosa Luxemburg and her influence "were nothing less than a syphilis bacillus."
….

One would like to believe that there is still hope for a belated recognition of who she was and what she did, as one would like to hope that she will finally find her place in the education of political scientists in the countries of the West. For Mr. Nettl is right: "Her ideas belong wherever the history of political ideas is seriously taught."

-Hannah Arendt, Men in Dark Times (1955, 1968, pp. 53-56). 

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