El arte público, la poesía, la sensibilidad y delicadeza de un graffiti en un parada de guagua son los temas de la columna de Mari Mari hoy. Me gustó mucho su ojo y su sensibilidad para dar cuenta de lo sublime de un mensaje urbano, un graffiti que alguien que se identifica como El Gato le escribe a una destinataria/destinatario: "Te extraño tanto que duele, El Gato", decía el graffiti para un destinatario(a) que se identificará como tal. Pero con su acto, por qué no, El Gato convierte en destinatario(a) también a todo aquel o aquella que se quiera sentir e imaginar como tal. Sí, coincido con Mari Mari, se trata de arte. Es "performance" que va desde una parada de guagua rural en Comerío, a los ojos de la o el destinatario, a los ojos de quien pase por Comerío, a la casa de Mari Mari, al periódico, a este blog y quien sabe a dónde más....
Y dice Mari Mari: “Te extraño tanto que duele”. El dolor es excesivo, como el coraje de su letra, como la delicadeza de colocar su nombre y no el de ella, con esa certeza de que se sabrá destinataria. Me deleito en mi encuentro fugaz con esas siete palabras, y le guiño un ojo a Gato, a su graffiti, aunque nunca se entere. Por varios minutos, que con este artículo se vuelven horas, pierdo el tiempo pensando en él, y en todos los gatos que no lo escriben, pero les duele".