Para seguir con la celebración y el análisis de la elección de Obama (un poco -hay que reconocerlo- todavía andamos en negación de lo que pasa aquí... :-( , aunque oJo, ya algunos lanzaron un reto), publicamos en el blog la narración de nuestra amiga Laura González Jiménez, quien desde Yale nos cuenta su maravillosa experiencia. (Gracias Laura!!)....
(paréntesis: Hiram, ya h abrá tiempo para contestar tu reto....ay!)
Queridos amigos esparcidos por el mundo,
Me imagino que ya han escuchado muchísimo sobre las celebraciones de la victoria de Obama en EEUU. Todos los periódicos han publicado noticias sobre fiestas alrededor del mundo, desde Indonesia hasta Rio de Janeiro. Pero les quiero contar sobre lo que más me impresionó a mí-- la celebración en Yale. Desde hace meses la universidad ha estado réquete envuelta en las elecciones, y el 85% del estudiantado favorecía a Obama. Todos esperábamos una victoria demócrata, aunque sabíamos que McCain pelearía hasta el último minuto. Durante la noche de las elecciones todo el campus estaba paralizado, aún con exámenes y trabajos pendientes nadie estaba en la biblioteca. Todos andábamos pegados a CNN desde las 8 de la noche, y he perdido la cuenta de cuántos profesores cancelaron clases o le pidieron al estudiantado que por favor votaran, que es una elección histórica, que no dejáramos pasar la oportunidad. Yo diría que la mayoría de los profesores no ocultaron sus esperanzas por Obama.
Obviamente, yo no voté en EEUU (razonamiento colonial) pero estaba convencida de que tenía que hacer algo. Trabajé de voluntaria por varias horas en el ?Phone Bank? de Obama, haciendo llamadas a Nuevo México y Pensilvania para recordarle a la gente que tenían que votar e informarles a dónde tenían que ir para hacerlo. La llamada que más me conmovió fue a una familia de origen latinoamericano en Nuevo México, donde la señora que me contestó no hablaba muy buen inglés y no sabía a dónde tenía que ir para votar. Cuando le informé (en español), me dio las gracias mil veces y me aseguró que se iba directito a votar por Obama. En total, el Phone Bank de Yale realizó más de 15,000 llamadas el 4 de noviembre, y había tantos estudiantes voluntarios que muchos nos tuvimos que sentar en el patio de afuera para hacer llamadas, porque no cabíamos dentro del lugar.
Cerca de las 11:00pm, fui con mis amigos al Centro Cultural Afro-Americano, donde un centenar de personas (de todas razas) estaban congregadas viendo los resultados. Alrededor de las 11:30pm, McCain concedió la elección y aquel lugar por poco explota. Todos comenzamos a gritar, a abrazarnos, y hasta a llorar. La atmósfera se intensificó cuando Obama dio su discurso de victoria, y ahí sí que se escuchaban los llantos de felicidad. Las expresiones de todo el mundo reflejaban simultáneamente incredulidad, felicidad y alivio. Justo después de que Obama acabara, todos los que estábamos congregados ahí alrededor de cien personas marchamos hacia el centro del campus universitario (llamado Old Campus) a celebrar como se supone. Caminamos todos cogidos de manos, y mientras tanto, cientos de estudiantes más se unieron a nosotros. Cuando llegamos a Old Campus todos hicimos un círculo gigante y volvimos a cantar y a gritar.
Entre llantos y gritos todo el mundo se abrazaba yo perdí la cuenta de cuánta gente que yo nunca había conocido vino a donde mí a abrazarme y a felicitarme por una victoria que le pertenece a todos, no solo al pueblo estadounidense. Al cabo de 15 minutos, había más de 700 estudiantes en Old Campus. Casi se formó un motín. Cantaron el himno estadounidense (yo no me sé la letra pero por primera vez no me dio asco escucharlo) y canciones de Bon Jovi (Living on a Prayer- esa sí me la sé). Algunos miembros de la banda universitaria de Yale sacaron sus instrumentos musicales y se pusieron a improvisar, tocaron hasta "We Are The Champions". Toda esta movilización de centenares de estudiantes ocurrió menos de media hora después del discurso de Obama y duró más de dos horas. Yo nunca había visto algo tan impresionante y estoy convencida de que ningún otro candidato, ni en las primarias ni en la elección, pudo haber causado semejante efecto.
También estoy convencida de que esta victoria nos pertenece a todos. Desde la aldea en Kenya donde los habitantes andan sacrificando ganado para darle gracias a Dios por Obama, hasta los centenares de estudiantes con quienes yo compartí anoche (muchos de los cuales no son estadounidenses), todos celebramos lo mismo. Si miran las fotos de las celebraciones alrededor del mundo, la gente tiene las mismas expresiones de emoción que mis amigos y yo vimos en Yale. Por primera vez, estoy verdaderamente feliz de haber estado en los Estados Unidos para presenciar este momento histórico, y aunque Obama todavía tiene que cumplir muchísimas promesas, el resultado que yo vi en Old Campus anoche hace que todo valga la pena. Incluso, hoy durante el día todos no hemos dado cuenta del nuevo optimismo en el ambiente. La señora que me vendió café no paraba de sonreír, y un profesor de filosofía dijo, al comenzar su clase, "Es evidente que hoy el mundo está feliz".
Espero que todos anden bien, y aunque no seamos estadounidenses, aunque la guerra en Irak no se ha acabado, aunque la economía todavía es un desastre y aunque Bush (técnicamente) todavía es presidente, celebremos el hecho de que UNA persona ha inspirado a billones alrededor del mundo. ¡Esperemos que siga así!
Abrazos,
Laura