18 Agosto 2010
Los servicios legales en tiempos de crisis
Efrén Rivera Ramos
Catedrático Derecho UPR
Mañana dará inicio la Tercera Conferencia Jurídica Nacional de Servicios Legales de Puerto Rico. Más de ciento cincuenta abogados, paralegales y otro personal de la Corporación de Servicios Legales de Puerto Rico, la Oficina Legal de la Comunidad, el Programa Pro Bono del Colegio de Abogados y la Comisión de Derechos Civiles se darán cita para discutir el tema “Derecho y pobreza en tiempos de crisis económica”.
Apropiado por demás es el tópico que estos dedicados servidores del público se han planteado. Pues si algo producen las crisis económicas es una abundancia de conflictos personales y colectivos que buscan cauce a través de los foros jurídicos más diversos.
Puede predecirse que en los próximos años se agudizará la necesidad de servicios de este tipo para una población que se torna cada vez más desaventajada.
La paradoja es que las crisis también generan escasez de recursos. O, cuando menos, grandes limitaciones en el financiamiento que requieren programas como los mencionados para atender a sus clientelas crecientes. De ahí la importancia de que no se les relegue en el orden de prioridades.
Debido a los niveles de pobreza existentes en Puerto Rico –en torno al cuarenta y cinco por ciento de la población, según los estimados actualizados del Censo del 2000 se calcula que la clientela potencial del Programa de Servicios Legales asciende a un millón ochocientas mil personas. Imposible atender tal volumen con los recursos con que cuenta esa entidad.
Durante cuarenta y cuatro años, la corporación ha hecho más de lo que ha podido para intentar satisfacer las necesidades legales en materia civil de la población de escasos recursos económicos.
Se calcula que en esas cuatro décadas han atendido unos 2.8 millones de asuntos legales de la más variada índole. Su menú de servicios ha incluido asuntos de relaciones de familia, vivienda, salud, contaminación ambiental, empleo, mantenimiento de ingresos, consumidores, menores y otros tantos problemas que afectan a los sectores pobres de nuestro país.
Actualmente esta corporación, una organización privada que recibe el 85% de sus ingresos de la Corporación de Servicios Legales de Washington, mantiene diecisiete oficinas de servicio directo en toda la isla y varios proyectos especiales en las áreas de educación especial, violencia doméstica, obreros agrícolas migrantes y justicia para la niñez. Emplea a unas 335 personas, 140 de ellas abogados.
En el año 2009, la Corporación de Servicios Legales atendió 52,000 asuntos de naturaleza jurídica. Pero ello no es suficiente. Todavía el ochenta por ciento de las necesidades legales de las personas pobres en Puerto Rico carece de atención.
Para entender quiénes son los que más necesitan estos servicios, basta señalar que el setenta por ciento de las personas atendidas en el Programa de Servicios Legales son mujeres, una buena parte madres solteras. Lo que confirma lo que hace tiempo viene sabiéndose: que la pobreza en Puerto Rico tiene cara de mujer. Y, cada vez más, también se viste de niño o niña o de mujer envejeciente. En fin, que se trata de las poblaciones más vulnerables de nuestra comunidad. Sus necesidades, por otro lado, son las más básicas que puede tener un ser humano: alimentación, vivienda, salud, educación y el derecho a vivir libre de todo tipo de violencia.
Es de esperarse que a la hora de tomar decisiones sobre la asignación de recursos, los encargados de elaborar la política pública del país en torno a la erradicación de la pobreza, tomen en cuenta esta dimensión del problema, que no es otra que la de garantizar el acceso de los más necesitados a los mecanismos establecidos para la vindicación de los derechos.
El cónclave de mañana debe servir para trazar el rumbo que tomará en los próximos años la comunidad de servicios legales de Puerto Rico y para reafirmar su compromiso con la prestación de servicios jurídicos oportunos y de excelencia a quienes más lo necesitan. En ese empeño deben recibir el apoyo de todo nuestro pueblo.
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