Foto: Roberto Gargarella |
Ni en el caso de la protección contra la violencia doméstica ni en el caso del reconocimiento del matrimonio entre parejas del mismo sexo, existen razones para excluir a los grupos que se quieren excluir del reconocimiento pleno de su ciudadanía política. Debe quedar claro para el Gobernador y para cada uno de los legisladores que 'nos' representa que 'proteger a la familia puertorriqueña como institución', sin siquiera entrar a problematizar esa caricaturización de la familia, no es ni puede ser un argumento válido para excluir a un grupo de ciudadanos de los derechos y prerrogativas de las que goza el resto. Si así lo hacen, están refrendando un gobierno discriminatorio, excluyente y carente de legitimidad política contra gran parte de sus ciudadanos. Y ante eso, los ciudadanos debemos actuar contundentemente. Se trata de lo más básico, ser tratados como iguales en la comunidad política a la que se pertenece.
"The fundamental experience upon which republican laws are founded and from which the actions of citizens spring is the experience of living together with, and being members of, a group of equally powerful men (and women). Laws in a republic, therefore, are not laws of distinction but of restriction; they are designed to restrict the strength of each citizen so that room may be left for the strength of his fellow citizens. The common ground of republican law and action within it is the insight that human strength is not primarily limited by some superior power ---God or nature---but by the power ofequals, and the joy that springs from it. Virtue as a love of equality springs from this experience of equality of power that alone guards men against the dread of loneliness”.
H. Arendt. The Great Tradition I. Law and Power. pp. 725-726.