Rosa Montero presentó su libro La ridícula idea de no volver a verte, en que dialoga con los diarios de Marie Curie y los temas del duelo, el dolor, la re-invención y la literatura. Revista Ñ la entrevista y aquí dejamos el enlace y un fragmento:
-En el libro decís que Marie Curie probablemente se salvó de la aniquilación gracias a redactar las páginas de su diario. ¿La literatura es una forma de descarga?
-Yo creo que lo escribió para intentar sobrevivir, seguramente. Pero yo creo que la literatura es más que terapéutica. Quizás sí en el caso de un diario, pero escribir, como hago yo, como novelista, es más grande que eso. Es más importante para nosotros que lo terapéutico, porque no es que te cure de algo, sino que te estructura. Yo escribo desde los cinco años y me recuerdo como persona desde esa época. Es decir que, desde que me recuerdo como persona, me recuerdo escribiendo. La literatura no me cura de dolores sino que me permite vivir. Es estructurante, es básico, es esencial. Sin literatura no podría soportar la vida.
-¿Hay alguna conexión entre el dolor y la locura?
-Algunas veces, el dolor, cuando es muy agudo, te deja sin palabras, y en eso se parece a la locura. Marie Curie se volvió loca por un momento. Pero eso te puede pasar siendo viuda o no, hay montones de pérdidas en la vida. Hay que tomarse con calma el duelo, que es muy largo. Pasan cosas divertidas en las que yo también he caído que es que cuando se te muere alguien vienen todos tus amigos, muy bien intencionados y te dicen: “Llora, llora, llora que es muy sano”. Y tú no tienes ni ganas de llorar, porque estás agotada y aturdida. Y a los tres meses, vienen los mismos y dicen: “No llores más, alegría, alegría, hay que salir de casa…”. Y tú ahí es cuando estás empezando a llorar. Es una especie de malentendido total con el entorno. Hay que confiar en uno y saber que te puedes reinventar. Y para poder superar ese dolor hay que recuperar el lenguaje, para poder expresarlo y compartirlo. Porque en la vida sabemos dos cosas: una, que nos vamos a morir; y otra, que tendremos que pasar por alguna cuota de dolor, además de toda la belleza. Y el dolor es un asco: te enseña si no te mata, pero inevitablemente vamos a tener que pasar por eso. Entonces, hay que aprender qué hacer con ese dolor para que no nos destruya, es una de las cosas más esenciales que hay que hacer en la vida.