En noviembre pasado la Jueza Presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Liana Fiol Matta, visitó a la Universidad de Trinity para dictar una conferencia sobre los tribunales y el acceso a la Justicia. En esta la Jueza Fiol Matta alude a uno de los temas que más nos atañe respecto a la Rama Judicial: el estado de cosas respecto a cómo esta rama y en especial una institución como el Tribunal Supremo de Puerto Rico, están o no disponibles y accesibles para la ciudadanía cuándo esta busca precisamente hacer valer derechos y palear el resultado de las desigualdades en el proceso tradicionalmente visto como político.
Sabemos que existe un problema inmenso respecto a ese acceso. No todos los ciudadanos y ciudadanas tienen igual acceso y así, se convierte esta Rama en una instancia más de desigualdad y de falta de oportunidades. ¿Qué debe hacer entonces esta rama de gobierno para atajar ese acceso desigual? Y ¿cómo la forma de decidir de los jueces y juezas y el cómo conciben su función, perpetúa este estado de cosas?
En su conferencia, la Jueza Fiol Matta alude a estas dos preguntas de manera directa y propone respuestas concretas. Comparto el video y un fragmento de la ponencia gracias a Microjuris. En el blog de Microjuris se reseña y traduce la conferencia y aparecen ambas cosas.
Pienso que el mundo jurídico, pero también la ciudadanía en general, debe tomar estas preguntas en serio (y también las respuestas que la Jueza ofrece), mantener viva esta conversación y exigir -a tono con la importancia que tiene el tema para todos y todas- que no se den por sentado los entendidos que por años nos han arrastrado al estado de cosas en el que nos encontramos.
Va un fragmento de la ponencia:
"There is another aspect of ―access to justice that questions what happens when people have been
able to bring their cases before the courts despite all
these problems: once they are there, do they really
obtain a just outcome when the judge simply applies
the formal norms and procedures of law, or is
something else needed to satisfy their cry for justice?
During all these years serving in the Supreme
Court of Puerto Rico, and before that, as a judge in
our appellate court, I´ve come to the conclusion that
the answer to that question is, simply, no.
Experience has taught me that the social and
cultural relevance of a specific problem cannot be completely defined and understood when we leave
the controversy exclusively in the hands of the law.
The possibility that a poor family may have a right to
possess a piece of land, even though it has no title;
or the adoption of an employment law that
guarantees a peaceful working environment by
limiting the freedom of speech of its workers, require
a broader analysis.
Traditional legal reasoning works by applying
two basic dichotomies, based on determining what is
―legal, as opposed to ―illegal, and on the idea of
―rights‖
, as opposed to ―duties.
Legal discourse tries
to solve problems of rights and remedies mostly by
recurring to a logic based on these dichotomies. In
this way the conflict is defined in safe,understandable terms and its limits are clearly
described.
Unfortunately, this type of reasoning is not
enough to obtain just results. When we use it to
limit our analysis of a difficult controversy, the social
dimension of the problem is inevitably excluded.
When we set limits we don´t just describe what is
included; we also determine what should be
excluded. As a result, the legal process excludes
other knowledges, other approaches, other ways of
dealing with a problem, and of producing a just or
more reasonable outcome."