[ 8 ] febrero de 1952
El poder se subjetivó por el hecho de que se abusó de él como sustitución de la autoridad, o se presumió de autoridad para esconder el poder. Pero como este poder no tenía contenido objetivamente válido, se convirtió en soberano --cosa que nunca fue la autoridad--, y así se hizo ilimitado, es decir, no limitado por nada "objetivo", como la subjetividad moderna. Naturalmente esto condujo a la arbitrariedad. ¿Hacia qué otra cosa había de conducir? No hay leyes del poder, leyes que, por ejemplo, moren en el poder mismo, a no ser que consideremos como una ley el hecho de que el más fuerte es más fuerte que el más débil. Este tipo de poder, que se las da de soberano y de autoridad, lleva inherente de hecho la peculiaridad de cometer siempre injusticia. Por eso el poder cayó "moralmente" en descrédito. Pero eso sucedió injustamente. Cuando los hombres actúan juntos, surge siempre poder; de otro modo no habría ninguna acción'.
-Hannah Arendt, en el Cuaderno VIII de 'Diario Filosófico 1950-1973' (Herder)