03-DICIEMBRE-2009 | MIGUEL RODRÍGUEZ CASELLAS*
BUSCAPIÉ
2012
2012 no es el fin del mundo conocido, es el fin del casco de Río Piedras por intereses desconocidos. Tampoco es designio de un dios caprichoso, sino las peripecias de un alcalde inescrupuloso.
Santini resbala. Habiéndose iniciado como un político aspiracional de corte populista, hoy el hombre se proyecta como cualquier cafre boquisucio. Su vulgaridad dejó de ser graciosa.
Cuando eran cursilerías navideñas, rótulos de entrada desde Condado a “Jardines del Tugurio”, brillantina de tres días, o la adicción de Irma al Photoshop, uno hasta se reía. Pero sustituir la vitalidad de la plaza del mercado por un Wal-Mart insípido, así como perseguir estudiantes que beben tranquilamente en la Avenida Universidad, mientras el alcalde se permite janguear alterado en un antro de capeadores en Caimito, es base para destituirlo.
Río Piedras tiene sus pestes y estridencias, pero nada compara con el mal gusto de este señor: natatorio “extra-large”, un museo de historia “natural” que parece “office park”, y el “come back soon!” del monumental golfito, cuyo “motif” fálico de postes erguidos retoma la nueva Plaza de Convalecencia. Nadie lo explica mejor que Dolly Parton: “Cuesta una fortuna lucir así de barata”.
Con este “legado”, es mejor vivir en el deterioro riopedrense actual que permitir las intervenciones homogenizantes del Plan 2012.
Aquí actúa furtivamente una mafia desarrollista que perdió capacidad prestataria. Compensan su desventura asaltando el tesoro público, es decir, la tierra. Atacan por tantos frentes que resistirlos requerirá estrategias de organización intra-vecinal.
Tenemos que ser activistas en nuestros vecindarios, imponer nuestro cuerpo en el espacio, reclamar la calle sin controles de acceso y retar al Estado que quiere ponerle aire acondicionado al tiempo libre con horarios extendidos. Ejerzamos nuestra ciudadanía, junto a familiares y amigos, fuera de “malls”, “walk-ups” y “food courts”.
Ya yo me cuadré en Santurce; la madre del que toque la placita.
A Río Piedras y su universidad, que despierten antes de que llegue el fin.
2012 está cerca. Fuimos advertidos.
*El autor es decano de la Escuela de Arquitectura de la Politécnica.