Es evidente, pero ya estamos al punto del peligro con esta situación de ineptitud. Simplemente quienes tienen en sus manos a nuestro país, quienes tienen a su cargo la responsabilidad y hasta el privilegio de servir al interés público de un país y poner sus mentes, tiempo y empeño en atender sus complejidades como los ciudadanos de un país merecen, no pueden hacerlo. No saben hacerlo. No solo por incompetentes, sino además, por insensibles y hasta maldad y alebocía puede achacarse en el trato a algunos temas, porque no entienden de qué se trata su función. Hay quienes evidentemente la maldad, el interés de lucro, el rol de representar a unos pocos desde ahi los mueve. Hay otros, si no la mayoría, que simplemente no tienen idea de lo que se trata un país, es evidente por las razones que dan, por las respuestas de los asesores de La Fortaleza en las que ponen de manifiesto su pobreza de entendimiento y su ignorancia crasa en muchos casos, por sus acciones. No merecemos esto, este pueblo no merece tanta ineptitud y descaro. Simplemente no están listos. No saben lo que es servir, no entienden la gobernabilidad, ignoran su responsabilidad o juegan con y se lucran de las desgracias del país. Deben renunciar.
Desde aquí y directamente pondremos de manifiesto las ineptitudes intolerables y las razones por las que deben renunciar quienes han perdido el privilegio de servirle a este país desde el gobierno.
Hoy, al Secretario de la Vivienda, le pedimos la renuncia. Basta ya de ineptitudes en su cargo. Basta ya de declaraciones que lo que demuestran es que usted no merece dirigir una de nuestras agencias. Renuncie. Usted no está apto para dirigir una agencia tan importante como esa, no entiende de lo que se trata. No entiende nada. Hace más daño que bien y es demasiado lo que hay en juego, debe renunciar.
Esto es un país, no es un juego de Monopoly. Usted tiene en sus manos la oportunidad de servir a una sociedad compleja, y no lo ha hecho bien. Usted tiene en sus manos la responsabilidad de servir desde su puesto a ciudadanos con derechos, con dignidad todavía, y lo que hace es que los atropella, los discrimina abiertamente. Este país tiene el derecho de que sus gobernantes sepan y tengan clara su función. Renuncie.
03-DICIEMBRE-2009
JUAN CAMACHO
Extorsión a Villas del Sol
El Gobierno está atentando contra la vida de los niños de la comunidad Villas del Sol con el propósito de obligar a sus familias a desalojar sus viviendas.
Esa acción se llama extorsión y está siendo implantada mediante una conspiración entre el Gobernador, los secretarios de Salud, Vivienda y Familia y los directores de AAA y AEE.
La misma consiste, fundamentalmente, en privar a la comunidad de servicios básicos esenciales como el agua potable y la energía eléctrica y a la vez convertir el hogar de estos niños en un lugar peligroso para vivir.
Ya alcanza a tres el número de niños hospitalizados con sospecha de fiebre porcina y otros más con trastornos respiratorios producidos por los escapes de las plantas. (La bebé de tres meses de la líder comunitaria Maritza Cruz se encuentra en cuidado intensivo al dar positivo al virus de fiebre porcina tras sufrir un tercer paro respiratorio).
Jamás habíamos visto tanta saña y tanto discrimen al tratar un problema entre Gobierno y comunidad.
Por un lado aparecen alternativas concretas capaces de solucionar el mismo, como ha sido la donación de una finca y la gestión de una prórroga para permanecer en el lugar por seis meses, pero por otro, el Gobierno conspirador se empecina en la venganza y en la extorsión contra la comunidad.
Los niños de Villas del Sol son ciudadanos de este país y no tienen menos derechos que los niños que viven en áreas de alto poder adquisitivo y de otros conciudadanos. Es insólito que el Gobierno, en lugar de cumplir su deber de velar por la seguridad de éstos y por trabajar para que vivan y crezcan en un medio seguro y digno, atente contra la salud y la vida misma de estos pequeños ciudadanos.
No cabe duda que los integrantes de dicha conspiración serán los responsables de cualquier desgracia que ocurra, producto de esa extorsión.