6.12.09

los hombres-estorbo

Cuando una se pregunta o le preguntan porqué la ruta del tren urbano no tiene paradas en lugares concurridos y de mucha necesidad o las razones para que de las reservas agrícolas o naturales fueran excluídos terrenos vitales e integrales, o el porqué y la 'lógica' de ciertos proyectos de infraestructura (o su ausencia de lógica a favor del interés público), inevitablemente surge el tema de que el gobierno decidió no 'tocar' a alguien poderoso o más bien aceptó 'dejarse tocar' por ese alguien poderoso que aludió a miles tácticas y entre ellas al argumento de protección propietaria en su vertiente más decimonónica. Así, ahora para hacer lo que el gobierno llama 'proyectos públicos' se desplazan a los que tienen menos poder y se privilegia a quien ya tiene demasiado y los proyectos 'públicos' en realidad son más privados que el country club guaynabeño. Los proyectos de ciudad no tienen en mente a los ciudadanos de esa ciudad ni hay lógica alguna dirigida a una ciudad para todos y todas.

Precisamente, por acá estoy en Medellín con un grupo maravilloso y diverso analizando estos temas y el tema de los planes de ciudad, su diversidad e inclusión, lo público y lo privado y las políticas públicas que permitieron avances espectaculares en lo que al tema urbano, de seguridad y de mejoría de conviviencia social se refiere. En Medellín los avances son maravillosos y no queda sino preguntarse con ansias el ¿¡cómo lo hicieron?¡. Hay mucho que compartir y estaré compartiendo a medida que transcurran estos días, pero ahora comparto este pasaje de una de las lecturas hechas sobre la historia de la ciudad que alude al tema de esos intocables, los poderosos que desde siempre que no permitían(permiten) el avance colectivo de la ciudad: los hombres-estorbo.

Le llamaban los hombres-estorbo a quienes tenían mucho poder y osaban en algún momento abiertamente acogerse a sus privilegios económicos y propietarios para evitar el avance de políticas públicas a favor de la ciudad, se les avergonzaba públicamente con este mote, 'tú eres un hombre-estorbo!". Los hombres-estorbo son los que se interponen a medidas para el bienestar colectivo porque éstas requieren que se les trastoque un chin su capacidad infinita de lucro personal, son los que hacen que las medidas que tomen las alcaldías lejos de beneficiar a los más vulnerables, toquen y perjudiquen precisamente a los de menos poder y los desplacen a favor de ellos mismos. Son los que han redefinido el progreso para hacerlo sinónimo a un Walmart en Río Piedras en pleno casco y para eso eliminan la plaza del mercado y a los pequeños comerciantes...

Son los hombres-estorbo los que se oponen a proyectos como el Caño Martin Peña y la participación ciudadana de los residentes de Río Piedras, los que no quieren que haya paradas del tren cercanas a los coliseos Roberto Clemente o el Hiram Bithorn, o Plaza o el complejo Minillas o las áreas en que vive la población de San Juan que verdaderamente necesita transportación colectiva; los que quieren puentes elevados para invisibilizar más aún a quienes están debajo del puente; los que se oponen a un ciudad para todos y proponen una ciudad excluyente para quienes, como hombres estorbos al fin, pueden pagar los 750,000 o más por apartamentos de lujo; los que se oponen y piden que se deroguen las reservas naturales como la del Corredor Ecológico porque tienen intereses explotadores en su calculadora...

A continuación les describo los hombres estorbo de Medellín de principios del Siglo XX, porque, caramba, que muchos hombres estorbo tenemos nosotros!.

(tomado de Fernando Botero Herrera, Medellín 1890-1950: historia urbana y juego de intereses; Editorial Universidad de Antioquia)

'A tal punto fue generalizada la práctica de obstaculizar el progreso de la ciudad por parte de los intereses privados o los caprichos individuales, que los hombres que pregonaban el espíritu cívico ... se vieron en la obligación de estigmatizar públicamente a las personas que interferían con las obras públicas de la ciudad con el mote que se hizo célebre de los hombres-estorbo:

'Aprovecho la oportunidad para hablar de los hombres estorbos, para encarnecerlos, para entregarlos "al desprecio de sus conciudadanos" . El hombre estorbo es aquel que se opone a toda mejora de la ciudad, a la ampliación o apertura de una calle en sus terrenos aunque le convenga: el que cobre por una faja para su carretera más de lo que vale la propiedadque atraviesa; el que no paga las contribuciones sino a la fuerza; el que reclama todos sus derechos y no cumple con ninguno de sus deberes; el que es enemigo de la ciudad porque está regida por autoridades que no son de su propio partido político; el que critica toda iniciativa de progreso y se mofa de los que proponen obras de mejoramiento ciudadano.

Estos hombres estorbo deben sentir verguenza cuando van por las calles, sabiendo que todos los señalan con el dedo, como ciudadanos perjudiciales'.

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