25 Junio 2010
ABUSO DE PODER CONTRA LA UPR
http://www.elnuevodia.com/columna-abusodepodercontralaupr-729921.html
La aprobación legislativa y la firma “fast track” por parte del Gobernador de la disposición que aumenta el número de miembros de la Junta de Síndicos de la UPR, revela un preocupante afán de control gubernamental puro y duro y un esfuerzo por garantizarle a la intransigencia gerencial un espacio hegemónico en la Universidad.
La aprobación legislativa y la firma “fast track” por parte del Gobernador de la disposición que aumenta el número de miembros de la Junta de Síndicos de la UPR, revela un preocupante afán de control gubernamental puro y duro y un esfuerzo por garantizarle a la intransigencia gerencial un espacio hegemónico en la Universidad.Gobernar es misión harto difícil que ha de realizarse con cautela y pudor, ejercicio al que estuvieron ajenos la mayoría parlamentaria y el Gobernador al aprobar esta festinada ley. De hecho, la aprobación de la medida y la confirmación de los cuatro síndicos adicionales -hechas a una velocidad que ya quisiera ver el País en la atención de los asuntos medulares de su adelanto económico y social- confirma la manera en que un Gobierno hace trizas del ideal de establecer una saludable diferencia en las relaciones entre la política partidista y la administración pública.
Es ésa una virtud que está llamado a observar todo gobierno surgido de las urnas. A mayor respaldo en esas urnas, mayor la prudencia que se espera de él. Si bien la presente Administración está revestida con el poder de implantar su programa, también lo es que su implantación no ha de hacerse únicamente en beneficio de la mayoría que lo votó, sino que en beneficio de todos los puertorriqueños. Sin mezquindades, sin excesos, sin venganzas.
Así también tiene que ocurrir con la composición de juntas, comités y comisiones de organismos que han de deliberar y establecer política pública sobre aspectos de vital importancia económica, cultural, educativa, social y política.
Fue esa norma, sustancial al sistema democrático, la que se pisoteó con la ley aprobada por la vía rápida por la mayoría del PNP en Cámara y Senado y firmada con más prisa aún por el Gobernador, aumentando de 13 a 17 los miembros de la Junta de Síndicos.
La prisa, dice el sabio refranero boricua, es mala consejera. Lo acabamos de ver. A lo mejor haya sido la prisa lo que impidió que al proponente intelectual de la medida, el senador Roberto Arango, como a sus cómplices -los que tiraron la piedra y escondieron la mano- se les hubiera podido zafar una sola razón válida para el aumento, que el senador quería originalmente que fuera mayor.
Firmada la ley, el propio Gobernador se encargó de dar la medida del burdo asalto a la Junta de Síndicos. Dijo él que era necesario el aumento porque “la Junta de Síndicos ha estado partida a la mitad; ha estado dividida y (se) necesita una junta que dé una dirección clara”.
El mismo lenguaje utilizó la presidenta cameral, Jenniffer González, al afirmar que “era necesario darle dirección” a la Junta. ¿Dirección u órdenes? ¿Dirección por quién o quiénes? ¿Para que hicieran qué? ¿Para que votaran cómo?
Cuando dice el Gobernador que la Junta “está partida por la misma mitad”, ¿qué quiere decir? ¿Que al examinar su composición contó seis “enemigos”, incluyendo los tres designados por gobernadores populares y los otros tres nombrados por estudiantes o profesores? ¿Esto es, seis “no correligionarios” frente a “sólo siete” que lo son?
Todo tiene que ver, no hay duda, con un deshonroso juego de poder en la UPR.
Utilizar la Junta de Síndicos para el imparable juego partidista electorero que ha sumido al País en una jungla en la que se trivializa hasta lo más preciado de nuestra sociedad, como la educación superior, constituye una ignominia que el Gobernador debiera rectificar.
Debe hacerlo, porque el País no puede conciliarse en nada con un patrón de conducta que da a entender que es parte de un plan preconcebido para adulterar sus más preciadas instituciones.