19.9.09
non, je ne regrette rien
18.9.09
ideología en los limbers, las garrapatitas y el such is life
Existe una importante distinción entre las ideas que sirven y las que contribuyen a legitimar intereses sociales. Una clase dominante puede promover sus fines predicando que la mayoría de sus subordinados tiene una inteligencia subhumana, pero esto difícilmente servirá de legitimación a los ojos de los subordinados. La creencia de que el valor espiritual supremo consiste en ponerse por encima de los propios competidores probablemente no tendría que racionalizarse para otorgar legitimación. Muchas de las creencias de un grupo oprimido –que sus sufrimientos son inevitables o que la rebelión será castigada brutalmente—sirven a los intereses de sus amos, pero no los legitiman de manera particular. La ausencia de ciertas creencias puede favorecer los propios intereses, y los de otro grupo: no pensar que el resultado de recortar los salarios es el tormento eterno favorece a la burguesía, igual que le favorece si aquellos cuyos salarios se recortan rechazan las doctrinas del materialismo dialéctico. Un conjunto de creencias falsas puede favorecer los intereses de una clase, como afirma Marx en relación con los revolucionarios de clase media en El 18 brumario de Luis Bonaparte, que se engañan productivamente sobre el esplendor de su proyecto. Igual que las ideas verdaderas pueden resultar disfuncionales para fomentar intereses sociales, las falsas pueden resultar funcionales para ello; así, para Friedrich Nietzsche la verdad no es más que cualquier ilusión que supone un realce para la vida".
17.9.09
de vuelta al Tribunal de Distrito federal
San Juan – El Circuito de Apelaciones de Boston determinó hoy que la solicitud de interdicto preliminar para paralizar la Ley 32 debe considerarse en el Tribunal de Distrito Federal de San Juan.
“Tan pronto recibimos la decisión, preparamos la solicitud de interdicto que radicamos hoy mismo, a las 7:32 pm. Es importante destacar que el Circuito no entró en los méritos de los planteamientos, por lo que tenemos la misma posibilidad que antes de que se paralice esa Ley mientras se ve el caso en su fondo,” explicó la licenciada Judith Berkan, abogada del Fideicomiso de la Tierra.
“En su determinación, el panel deja establecido que confían en que el Juez de Distrito Federal va a citar la vista para el interdicto preliminar pronto,” añadió Berkan.
Al despojar a los residentes del Caño de sus tierras, la Ley 32 promueve el desplazamiento de las comunidades y pone en riesgo el dragado del Caño, el desarrollo de viviendas e infraestructura y otras obras críticas para mejorar la calidad de vida de la comunidad y recuperar este importante cuerpo de agua.
“Al igual que el Circuito de Apelaciones, confiamos en que el Juez Francisco Besosa considere nuestra solicitud con urgencia. El interdicto es crucial para evitar el daño irreparable que ocasiona la Ley 32 al Fideicomiso de la Tierra y a los residentes de las comunidades del Caño,” señaló María E. Hernandez.
El panel de los jueces Michael Boudin, quien preside el Tribunal, Juan R. Torruellas, Keneth F. Ripple hizo su determinación tras escuchar los argumentos orales de las partes en una vista efectuada el pasado lunes.
“Los residentes estamos atentos a este proceso, y seguros de que vamos a prevalecer,” señaló Mario Núñez Mercado, presidente del G-8, Inc., desde Puerto Rico.
Con el interdicto, el Fideicomiso busca paralizar la implantación de la Ley 32 mientras se ve el caso en su fondo, y que se prohíba al Gobierno y al Municipio de San Juan que dispongan de los terrenos propiedad de la comunidad a través del Fideicomiso.
El 23 de junio el Gobernador firmó la Ley 32, que de forma retroactiva pretende arrebatarle las tierras al Fideicomiso de la Tierra del Caño Martín Peña, afectando los derechos adquiridos propietarios por los residentes de las comunidades. El Fideicomiso presentó una demanda por violación de derechos civiles, y planteó que dicha Ley es inconstitucional, toda vez que mediante ésta se han incautado las tierras de la comunidad.
16.9.09
columna: La reforma necesaria
16-SEPTIEMBRE-2009
EFRÉN RIVERA RAMOS
La reforma necesaria
Durante mi vida adulta he tenido complicaciones de salud que han requerido intervenciones médicas y quirúrgicas importantes. Algunas me sorprendieron en momentos en que no tenía un seguro médico adecuado, generándole retos económicos considerables a mi familia aminorados sólo con la solidaridad de colegas y amistades. En años recientes, sin embargo, he tenido la fortuna de contar con un seguro de salud bastante bueno que ha permitido sufragar, en lo sustancial, los costos extraordinarios que estos acontecimientos suelen acarrear en nuestro país.
Valga decir que ese apoyo ha sido en gran medida el resultado de los reclamos de organizaciones sindicales diversas en mi centro de trabajo: la Universidad de Puerto Rico. Se trata de un beneficio marginal, realmente medular, que los empleados universitarios y los demás trabajadores con acceso similar debemos defender con ahínco por lo mucho que representa para nosotros y nuestras familias.
La tranquilidad personal que he disfrutado como consecuencia de lo anterior no ha eximido a mi familia de los efectos de la situación que viven cientos de miles de personas que carecen de cubierta suficiente.
Hace días supimos de una pariente cercana que murió mientras apelaba la determinación de su aseguradora de que la cirugía que le recomendaron sus médicos no era necesaria. No he dejado de preguntarme con angustia vicaria cómo podrán sobrellevar sus enfermedades, emergencias médicas, necesidad de medicamentos y requerimientos de medicina preventiva las incontables familias que no poseen un buen seguro de salud, sea público o privado.
En más de una ocasión, he visto en la farmacia a personas muy mayores contar los centavos para poder comprarse dos o tres píldoras de las treinta que debieron haberse llevado, pero no han podido, porque el “plan” no se las paga en su totalidad. He perdido la cuenta de los padres y madres jóvenes que he visto alejarse del mostrador comentando que la medicina que le recetó el pediatra a su hija era muy cara y el “plan” tampoco la incluía. Acostumbrada como debe estar a la escena, la farmacéutica o farmacéutico de turno no tiene más remedio que encogerse de hombros, esbozar una sonrisa compasiva y continuar su rutina de preguntarle a la computadora si el “plan”, si es que lo tiene, del próximo en la fila habrá de sufragar el costo del medicamento solicitado.
Por eso no puedo justificar el tirijala entre Gobierno, aseguradoras y proveedores con la tan necesaria reforma de salud. Mientras el asunto se sigue posponiendo, proliferan las muertes innecesarias debido a la falta de tratamiento adecuado. Se continúan agudizando los sufrimientos de cientos de miles de puertorriqueños que enfrentan problemas de salud. La dilación en esta materia es un verdadero crimen.
Igual calificativo merece la histeria manipulada que han generado ciertos sectores en torno a la propuesta del presidente Barack Obama de que Estados Unidos adopte un plan universal de salud, como han hecho prácticamente todos los países de mayor desarrollo económico en el mundo y algunos menos desarrollados también. Se trata de una reacción provocada por una combinación fatal de intereses creados, cerrazón ideológica, partidismo crudo e insensibilidad social.
Casi daban ganas de reir, si no hubiera sido trágico, el espectáculo de un opositor furibundo de la reforma de Obama gritando a viva voz que no quería que el Gobierno se metiera en “su” Medicare. Como si el susodicho programa no fuera un programa gubernamental. Como lo son el Medicaid y los diversos programas recientes de servicios médicos a los niños cobijados bajo ciertas categorías de beneficios.
Como ha argumentado el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, los que insisten en que el gobierno “no se meta” en la cuestión de la salud pasan por alto, por ignorancia o conveniencia, que si no fuera por la reglamentación gubernamental existente, tímida como es, los abusos de muchas aseguradoras y algunos proveedores de servicios serían todavía peores.
Habría que dejarse de chiquitas y acometer la reforma con seriedad y brío.
15.9.09
Pro Bono UPR en la Corte de Circuito de Boston!!
14.9.09
Quemen esos libros!
NO NOS QUEDAMOS CALLAOS Y LEAMOS EN VOZ ALTA
Ante la censura del Gobierno en el Departamento de Educación de varios libros, los periodistas no nos quedamos callados. Como defensores del derecho a la libertad de expresión, esta acción no nos puede pasar por nuestras caras y quedarnos silenciosos. Es por eso, que hemos decidido manifestarnos junto a escritores, artistas y maestros este miércoles de 12:30 a 2:00 pm frente a las nuevas oficinas del DE en Hato Rey.
13.9.09
para Efrén
Federal Bar Assoc. y Revista Clave: Foro Villas del Sol

FORO
VILLAS DEL SOL: ¿INVASORES O RESCATADORES DE TERRENOS?
Fecha: Miércoles, 16 de septiembre de 2009
Hora: 6:00 P.M.
Lugar: Teatro de la Facultad de Derecho de la Universidad
Interamericana
PANELISTAS
-Lcdo. Alvin Couto
-Lcda. Erika Fontánez Torres
-Liliana Cotto, socióloga
-Pedro Santiago – Amnistía Internacional
-Líderes comunitarios
Moderadora: Lcda. María Dolores Fernós
INVITAN
Revista CLAVE Federal Bar Association
Revista de Estudios Críticos del Derecho
Escuela de Derecho Universidad Interamericana
12.9.09
Alejandra P., las palabras y el lenguaje


columna: La importancia de la crítica
12-SEPTIEMBRE-2009
ÉRIKA FONTÁNEZ
La importancia de la crítica
Surge nuevamente el tema de lo alegadamente (in)apropiado de que abogados y juristas emitan comentarios críticos al sistema judicial. Se aduce que estos comentarios faltan a la ética por supuestamente tratarse de cuestionamientos contra jueces. Se dice que la crítica en la esfera pública atenta contra la confianza del pueblo en éstos y en la institución.
No en pocas ocasiones, a los abogados que emiten comentarios públicos les advierten que podrían, según esta interpretación, violentar los cánones de ética profesional. Permítaseme la oportunidad para comentar, por el contrario, sobre la importancia que tiene para un sistema democrático un margen de crítica amplio y robusto.
La Rama Judicial, como la tercera de las ramas de gobierno, debe estar igual o más sujeta que las otras a una amplia crítica. Me refiero a la importancia de que la ciudadanía siga de cerca las determinaciones y el funcionamiento del sistema judicial. Más aún cuando los jueces no son electos. Éstos determinan la forma en que en nuestra sociedad se interpretan las leyes, se resuelven los casos que nos afectan a todos y se interpreta nuestra Constitución. Por eso, debemos prestarle atención a cómo deciden en temas tan diversos como los derechos y libertades civiles, las mujeres y minorías, el medioambiente, las familias, entre otros.
Pero suele repetirse a grandes rasgos que los juristas debemos abstenernos de cuestionar en la prensa las actuaciones de los jueces. Si alguien -en un sistema democrático de derecho- debe y tiene la responsabilidad de exponer a la ciudadanía miradas críticas sobre lo que acontece en esa Rama son precisamente los juristas pues sirven de traductores jurídicos para el resto del País. Para esto, es indispensable que cuenten con las protecciones más amplias a su derecho a la libertad de expresión, que sea posible -sin vigilancia ni trabas- comunicar libremente los aspectos y juicios críticos sin amenazas de sanciones.
Si bien no se deben promover “ataques injustificados” contra nadie, sí los abogados deben poder presentar libremente en la esfera pública las posibles preguntas y cuestionamientos sobre los debates jurídicos. Estos debates no deben verse como ataques personales, porque no lo son. Tampoco como faltas de respeto, sino como procesos inherentemente democráticos en la discusión de temas de envergadura.
Bajo la idea de no faltar el respeto a los jueces o no socavar la confianza en la Judicatura, no debe coartarse el objetivo principal de la libertad de expresión: el cuestionamiento por parte de la ciudadanía. Las advertencias de sanciones o insinuaciones sobre faltas éticas o el juicio sobre lo “apropiado” o no de una expresión crítica, es una forma cuestionable de control de las libertades de los abogados. La balanza debe inclinarse hacia el valor de la libertad de crítica amplia, no al revés.
Por lo mismo, si bien los que nos dedicamos a la enseñanza del Derecho analizamos las decisiones judiciales en revistas académicas, también nos compete desarrollar y fomentar el pensamiento crítico, lanzar preguntas y provocar dudas y cuestionamientos sobre el Derecho. El pueblo debe tener la oportunidad de cuestionar y la voz de sus juristas es esencial para nutrir esa oportunidad, para sugerirle a la ciudadanía posibles cuestionamientos sobre los temas jurídicos. Ser jurista también se trata de proveer herramientas para el cuestionamiento de las premisas jurídicas que en ocasiones aparecen como “objetivas” y “neutrales” para ocultar el poder a través de ellas.
A algunos les puede parecer que esto es irresponsable porque inquieta “innecesariamente” o socava “la confianza” en las instituciones. Yo lo creo vital para contribuir a la pluralidad de ideas. Lo contrario -acallar para supuestamente no minar la confianza del pueblo- es darle más importancia a la fe ciega en las instituciones que a la democracia y a los derechos de la ciudadanía.
11.9.09
un discurso el 11 de septiembre: Allende y Chile
9:10 A.M.
Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
Salvador Allende
11 de septiembre de 1973
9.9.09
columna buscapié: Barrunto
09-SEPTIEMBRE-2009 | GUILLERMO REBOLLO GIL
BUSCAPIÉ
Barrunto
Fortuño dice ‘nuestros hijos’ y no necesito intérprete para saber que hace una distinción entre muchachos cuya cotidianidad es relevante al devenir político y social del País y chamacos que deben esperar su turno a morir asesinados para que su vida sirva de lección a todos:
No todos somos gente.
El Gobe tiene razón. Existen motivos fundados para la sospecha. Geografías prohibidas donde, a saber cómo, viven y trabajan familias malamente formadas más allá de los límites de la decencia, que no sabrían ni qué ponerse para un pasadía en bote.
Negocios nefastos entre “chamaquitos que van a parar al río, que van a parar a los buzones en donde aprenden a vivir como viven las cartas”. Comunidades enteras al margen de las páginas sociales, asediadas por claques de pistoleros, ‘hijos de nadie’, capaces de matar sin distinción, siendo la distinción el eje central de nuestra política pública.
Esto lo sabe el Gobernador mejor que nadie. Por eso valida nuestra sospecha al sentenciar elegante que la sana convivencia no es más que la conveniente confraternización de iguales en peligro de extinción.
No todos somos gente.
Pero el sospechoso tal vez soy yo cuando siento que el Gobernador me habla muy quedo al oído, y me convida a creerle cuando dice ‘nuestros hijos’, y ya empiezo a imaginarme picnics y pasadías familiares en bote: El Gobe y yo, en cortos y penny loafers, rumbo a otra isla gris cerca de aquí, donde seguro nos tratarían como reyes entre otra mayoría anónima, pero simpática, que vive y muere sonriente.
Las caras lindas de una violencia límpida: Fortuño y yo sobre cubiertas en una conversación continua sobre el bienestar de mis hijos por venir.
Les juro que me guiña y hace señas desde el podio -una distinción especial para conmigo por mis treinta años cumplidos de espaldas a un país donde, presiento, sólo nuestro tipo de gente tiene derecho a hacer algo más que sobrevivir.