Es que "descubrí", gracias a la profesora de literatura y poeta, Aurea María Sotomayor, dos libros espectaculares sobre el espacio. Se trata de Dónde y Los pies de San Juan, de Eduardo Lalo. Imágenes y texto hacen que una enloquezca. Aquí les comparto algo de lo primero que me encontré en Los Pies de San Juan. Andaba buscando sobre el binomio espacio íntimo/espacio público:
"Aunque no se percate, para su habitante, la ciudad es el escenario de sus sueños. Su mundo más íntimo surge, irónicamente, del espacio público. El inconsciente apunta a una de las pocas certezas de la vida: vivir en la ciudad es ser la ciudad. Los edificios no se habitan a sí mismos y poseer el falso discernimiento, producto de visiones exclusivamente arquitectónicas del hecho urbano, de que la ciudad está constituida de fachadas, es un grave error de un pensamiento vago y repetitivo. La ciudad es el hombre y la mujer. Los sueños no pueden mentir. No está en sus posibilidades".
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"La ciudad es también un número apabullante de muros y vallas que nos impiden ser espectadores. La ciudad es el espacio "común" que nos permite ser extraños el uno del otro y, en una urbe como San Juan, con su herencia latinoamericana, con su violencia y su pobreza, esto significa para que para casi todos sus habitantes, habrá áreas en las que nunca voluntariamente pondrán pie o, de hacerlo, no se sentirán a gusto, porque el miedo a la diferencia y el miedo visceral se lo impedirán. La ciudad es, por tanto, también el imaginario de un campo de batalla en el que potencialmente todos podemos ser enemigos"