18.12.09

columna: Mezquindad (sí, sobra la mezquindad)


MARI MARI NARVÁEZ
18-Diciembre-2009 | MARI MARI NARVÁEZ

BUSCAPIÉ

Mezquindad

No existe en la noche de todo el Caribe una isla más alumbrada que la nuestra. Si algo nos sobra es electricidad. Y sin embargo, precisamente en la época en que los municipios celebran sus encendidos navideños con el mismo ardor de las fiestas patronales; cuando no queda una casa desprovista de yardas de luces y las estufas cobran nueva vida ante la grasa arrolladora de la temporada, justo ahí se le sigue negando el servicio eléctrico a la comunidad de Villas del Sol.

Está fuera de discusión que el servicio sería temporero y que la comunidad pagaría por él. Ingenieros voluntarios presentaron los planos de infraestructura para que se provea la electricidad de manera segura.

Todos tenemos derecho al servicio eléctrico. Hay naciones (Sudáfrica, por ejemplo) que lo mencionan expresamente en su constitución. Otras como Francia y Finlandia ya reconocen como un derecho fundamental el acceso a Internet. Ése es el nuevo debate en los países desarrollados mientras, en Puerto Rico, los burócratas se cuestionan si el servicio eléctrico es fundamental dentro del derecho a la vida y la salud.

La vida en Villas del Sol se agrava cada día. Las plantas eléctricas hacen un ruido insufrible y emanan gases tóxicos que enferman a la gente.

Poco tendrían que importarnos las constituciones de los países más exóticos del mundo. Tendría que ser más que suficiente saber que hay 211 familias, niños, ancianos, hombres, mujeres, embarazadas, a los que se les niega cubrir sus necesidades elementales.

Nosotros mientras tanto -como si por designación divina mereciéramos más- nos bañamos con agua tibia, espantamos los mosquitos con abanicos, comemos caliente y podemos darles las terapias médicas a nuestros niños y viejos.

Una puede comprender cierta ineptitud estatal; puede hasta resignarse a una política pública bruta y primitiva si le da la gana de ser pesimista. Lo que no se puede tolerar es la mezquindad. No estar dispuestos a ofrecer siquiera aquello que no nos cuesta nada, aquello que nos sobra y que puede hacer una enorme diferencia en la vida de la gente, es una gran canallada.

A este Gobierno le sobra demasiada.

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