17.12.09

Ostrom y los sesgos (y columna)

Hace unas semanas en la mesa redonda que tuvimos en la Arqpoli, surgió el tema de los proyectos comunitarios y los mecanismos de propiedad colectiva. Trajimos someramente el tema del Premio Nobel de Economía otorgado a Elinor Ostrom, experta economista que ha estudiado los arreglos de propiedad comunal en diferentes partes del mundo y quien ha mirado muy críticamente la idea de que solo a través de los regímenes de propiedad privada es posible salvaguardar los recursos, como lo planteó Hardin en su famoso e hiper-hegemónico ensayo 'La Tragedia de lo comunal'. Ostrom apuesta a lo contrario y sus acercamientos le merecieron el Nobel. Para nuestra alegría y sorpresa, en la mesa redonda estaba uno de sus alumnos, Gustavo García López, geógrafo que completa su doctorado en Política ambiental precisamente bajo la supervisión de Ostrom y quien conoce muy de cerca su trabajo, específicamente en Mexico y los arreglos comunitarios de manejo de bosques bajo propiedad colectiva.

Gustavo trajo a mi atención una desafortunada columna que se publicó en El Nuevo Día por Nicolás Muñoz y que de manera muy irresponsable y acomodaticia utilizó el referente de Ostrom y su Premio Nobel para refrendar las políticas neoliberales adoptadas por el gobierno de Fortuño y atacar las protestas ciudadanas, cuando precisamente Ostrom va en dirección opuesta. (válgame!)

Que esa columna de Muñoz se me haya escapado no me extraña (aunque no me lo perdono!), pero lo que sí hay que remediar urgentemente es que se me haya pasado (más imperdonable aún!) y no hayamos colgado por aquí la respuesta de Gustavo a esa sesgada interpretación (!!). La columna responde la anterior y sí nos ubica en el planteo de la economista y de su importancia para alternativas de propiedad colectiva-comunitaria, sobre todo cuando ya en PR proyectos como Casa Pueblo en Adjuntas, varios arreglos de manejo comunitario de bosques y sobre todo, el Fideicomiso de la Tierra del Caño Martin Peña, sintonizan con los planteamientos de quien precisamente este año fue reconocida como Premio Nobel. Hay que rescatar a Ostrom y revelar su importancia. Hay un mundo crítico allá fuera que va por una dirección y no podemos permitir que esas críticas aquí se invisibilicen o peor, que nos las vendan como lo que no son y las utilicen para propósitos contrarios.

Aquí transcribimos completa la columna de Gustavo. Mil gracias Gustavo por ponernos al día y por contestar públicamente a los malintencionados sesgos.

(El martes de la semana pasada Ostrom recibió el Premio. Puede acceder a su discurso aquí).

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El Nuevo Día 03-Noviembre-2009

El reto a las ortodoxias económicas

GUSTAVO GARCÍA LÓPEZ

CANDIDATO DOCTORAL EN POLÍTICA AMBIENTAL Y ALUMNO DE LA DOCTORA ELINOR OSTROM

Desde el anuncio, en días recientes, de la otorgación del Premio Nobel de Economía del 2009 a la doctora Elinor Ostrom, se han publicado en la prensa del país diversos artículos sobre sus teorías y sobre la relevancia de éstas para enfrentar la actual crisis económica.

Hay quien ha llegado a argumentar que los trabajos de Ostrom apoyan la idea, propulsada por nuestro gobierno actual, de que la empresa privada, y no el gobierno, debe constituir el ‘actor principal’ de la economía.

Nada más alejado de la verdad. Las teorías de Ostrom representan una crítica fundamental a la economía ortodoxa neoliberal, particularmente a la noción de que la privatización es la mejor forma de organizar la gestión económica. Para la investigadora, es necesario superar la dicotomía estado-mercado; más aún, no es posible sostener que la empresa privada es más eficiente que el gobierno.

El éxito de cualquier gestión depende de los arreglos institucionales. Aunque la empresa privada puede funcionar en ciertos contextos, cuando se conduce de manera poco transparente y sin reglas claras resulta ineficiente y desemboca en la inequidad y la corrupción. Esto es precisamente lo que pasó con la privatización del sistema de salud en Puerto Rico y con la desregulación financiera en Estados Unidos.

Ostrom incluso ha demostrado que en muchísimas ocasiones la autogestión de grupos comunitarios puede manejar ciertos recursos con mayor efectividad que la empresa privada o el gobierno, proveyendo protección ambiental y desarrollo social y económico a la comunidad.

Esto pone en tela de juicio otro de los componentes de la política pública del Gobierno: el desmantelamiento de las iniciativas de autogestión comunitaria, en particular el Programa de Comunidades Especiales y el Fideicomiso del Caño Martín Peña.

Por otro lado, Ostrom sostiene que las políticas públicas necesitan un proceso de toma de decisiones transparente, con participación y deliberación de todas las partes, que adjudique responsabilidades, y que distribuya los beneficios equitativamente.

Al contrario de esto, el Gobierno crea comités con representación exclusiva del sector empresarial; ignora los llamados al diálogo por parte de otros sectores; aprueba leyes sin debate público y promueve proyectos que limitan la participación ciudadana en la toma de decisiones, como la propuesta Ley de Permisos.

En fin, de las teorías de la doctora Ostrom podemos concluir que la crisis económica del país se debe a un problema institucional: corrupción generalizada, falta de transparencia e inclusividad en la toma de decisiones, pobre implementación de leyes vigentes, politización del sistema judicial, falta de coordinación interagencial, destrucción de lazos comunitarios y fomento del mantengo.

Y suma y sigue.


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