10-AGOSTO-2009 | RAFAEL ACEVEdo
BUSCAPIÉ
¿Ley y orden?
Figueroa Sancha alega que Puerto Rico es un país de ley y orden. Este es un país en el que se usó el tribunal federal para llevar a cabo un golpe de estado. Si bien se trata de un estado subordinado a otro como territorio colonial, y el gobernador no era Madre Teresa, sigue siendo un acto repudiable de política sucia. Eso en un país en el que la política es sucia.
Si la Isla fuera un lugar de ley y orden no habría más de diez mil residencias sin dueño y un gobierno que propone permitirle a los desarrolladores seguir construyendo proyectos en los que pocos en el País podrán vivir. Si hubiera ley y orden muchos de esos proyectos no se robarían el agua y la luz mientras se construyen.
Por eso, cuando una comunidad rescata terrenos abandonados me parece risible que se hable de que hay que desalojarlos porque no pagan electricidad, ni agua, o que son terrenos inundables. Varias agencias estatales y federales no pagan agua. Varios municipios, de Mayagüez a Toa Baja, tienen deudas millonarias. ¡A desalojar esos gobiernos municipales! Y, al parecer, todo Puerto Rico es inundable. Cada aguacero lo demuestra.
Si fuera un país de ley y orden el Superintendente de la Policía no sería el oficial de mayor rango en los allanamientos del 10 de febrero de 2006 en el edificio De Diego 444 en Río Piedras en donde se violó la libertad de prensa. El mismo individuo fue instrumento en la ejecución del líder independentista Filiberto Ojeda el viernes 23 de septiembre de 2005. Necesitaron más de doscientos asesinos legalizados para ejecutar la orden. Lo dejaron morir desangrado.
¿País de ley y orden cuando se organiza la actividad económica y política con las mismas estrategias del narcotráfico? ¿Limitando los derechos civiles? Sobre este país lo que hay es una orden de ejecución y la imposición de la ley del más sanguinario.
El autor es escritor.